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Schröder apuesta por la victoria

Eva Usi31 de agosto de 2005

Pese a los malos augurios que anuncian las encuestas, el canciller alemán, Gerhard Schröder, se mostró combativo y seguro de obtener su reelección. "Nada está decidido", dijo Schröder ante el Congreso del SPD en Berlín.

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¡La esperanza muere al último!Imagen: dpa

Tras meses de divisiones y disputas, las bases del Partido Socialdemócrata mostraron unidad en torno a su candidato, el canciller Gerhard Schröder, que no pierde esperanzas de ser reelecto el próximo 18 de septiembre. Como quien teme un fin cercano, los delegados presentes en el Congreso del partido dejaron a un lado las divergencias suscitadas por las reformas contenidas en la llamada "Agenda 2010", que llevan la firma del jefe de gobierno.

En un incendiario discurso, Schröder hizo un enérgico llamado a las bases a luchar por cada uno de los votos. "Nada está decidido", dijo el canciller en tono combativo ante unos 500 delegados que lo ovacionaban demostrativamente. Ante el Congreso extraordinario del SPD, Schröder acusó a cristianodemócratas (CDU) y liberales (FDP), que aspiran a sucederlo al frente del gobierno, de pretender dividir al país entre ricos y pobres, de representar únicamente los intereses de las capas más pudientes de la población. "La política de Merkel (la candidata de la oposición), sería para la gran mayoría del país una política de pérdidas", sentenció Schröder ante cientos de correligionarios.

Una sociedad fría

Gerhard Schröder verzweifelt
Schröder ante el congreso general de su partido.Imagen: AP

El canciller subrayó que las elecciones decidirán el futuro de Alemania. También advirtió que una política bajo el signo de Ángela Merkel (CDU) y Guido Westerwelle (FDP), conduciría a una sociedad fría, poco solidaria y humana en la que la envidia y el egoísmo determinarán la convivencia social, lo que será una amenaza para la paz interna. "El 18 de septiembre Alemania se encuentra ante una decisión de gran trascendencia", señaló.

Pese a que la opositora Unión Demócrata Cristiana de Ángela Merkel, lleva una considerable ventaja en las encuestas de hasta 13 puntos, Schröder dijo convencido: "También estas elecciones serán decididas el último minuto, el SPD tiene la fuerza para renovarse y garantizar la paz. Alemania necesita de un SPD fuerte".

Ninguna promesa de coalición

Koalitionsverhandlungen Joscha Fischer und Schröder
El canciller Gerhard Schröder y su ministro del Exterior, el Verde, Joschka Fischer.Imagen: AP

Sobre Los Verdes, el partido de tradición pacifista con quien ha gobernado Schröder en coalición, no dijo palabra. Pese a que líderes socialdemócratas aseguran que habrá continuidad en la coalición, no hubo promesa oficial de coalición hacia el partido ecologista. ¿Es eso un indicio de las intenciones de Schröder?

Para el SPD más que para cualquier otro partido, las elecciones se producen en un momento inoportuno. Tras la serie de derrotas electorales, particularmente el aniquilante fracaso en el estado más poblado de Alemania, Renania del Norte Westfalia, en mayo pasado, a Schröder no le quedaba nada más que la esperanza de que un milagro cambiara el curso del país. Un milagro económico tal vez producido por el éxito en las reformas introducidas por su gobierno, o tal vez un prodigio como respuesta a un desarrollo externo.

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Caricatura de Gerhard Schröder.Imagen: Paolo Calleri

Transformar la situación a su favor

Pero Schröder no quiso esperar al portento, en vez de ello decidió acortar la espera y convocó a elecciones anticipadas. Como intrépido general llamó a sus tropas poco preparadas para el sinuoso camino, y apostó por transformar la situación de desventaja a su favor.

Los votantes interpretaron el adelanto de las elecciones como una capitulación del actual gobierno, como la resignación a la derrota. Ahora Schröder transmite otro mensaje, los votantes ya no están tan seguros de que su canciller, tan sonriente y seguro del triunfo, no querrá siempre sí seguir gobernando.

Como quiera que sea, la mayoría de la población está convencida de que las nuevas elecciones serán la salida a los problemas nacionales sobre los que el actual gobierno o canciller ya no se quiere hacer cargo. Dicen que sólo un milagro podría salvar al canciller de la derrota. Pues sí, y la esperanza muere al último.