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Sabotaje del Nord Stream: gas, política y guerra

16 de agosto de 2024

La explosión de los gasoductos en septiembre de 2022 puso fin temporal a un megaproyecto germano-ruso que, desde el principio, tuvo muchos detractores. Una cronología.

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El mar con burbujas blancas, producidas por un escape de gas.
Imagen del lugar donde se produjo la explosión de los gasoductos.Imagen: Danish Defence Command/AP/picture alliance

En septiembre de 2022, seis meses después del inicio de la guerra de Ucrania, desconocidos hicieron explotar el gasoducto Nord Stream, que se extiende entre Rusia y Alemania por el Mar Báltico. Ahora, la Fiscalía alemana busca a un ucraniano sospechoso, que podría estar en su país. 

En 2005, el Gobierno alemán del entonces canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, junto con el Gobierno ruso del presidente Vladimir Putin, firmaron una declaración de intenciones para construir el gasoducto Nord Stream 1, con el objetivo de transportar gas ruso a través del Báltico hasta Alemania, evitando países de tránsito.

En 2006, se fundó Nord Stream AG para planificar e implementar el proyecto. Colaboraron la empresa rusa Gazprom y varios proveedores de energía europeos.

En 2010, comenzó la construcción del Nord Stream 1. El gasoducto, de doble tubería, con 1.224 kilómetros de longitud cada una, conecta Víborg, en Rusia con Lubmin, en Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Entre 2011 y 2012 se pusieron en marcha ambas tuberías para suministrar gas a Europa durante al menos 50 años. El coste de la construcción, según Nord Stream AG, fue de 7,4 mil millones de euros.

La anexión rusa de Crimea no importó

En 2013 comenzó la planificación de Nord Stream 2, dos tuberías de 1.250 km de longitud, de recorrido paralelo a las ya existentes entre Rusia y Alemania.

En 2015 se firmaron los primeros contratos del Nord Stream 2 con Gazprom y varios proveedores de energía europeos. Apenas un año antes, Rusia anexó la península ucraniana de Crimea. Para la entonces canciller democristiana Angela Merkel, esto no fue motivo para detener el proyecto.

En 2016 y, desde el principio, Ucrania, Polonia y los Estados bálticos manifestaron su preocupación por Nord Stream y, sobre todo, por su seguridad. La UE también advirtió al respecto. Tras la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU., la resistencia al gasoducto germano-ruso aumentó también en el país.

Trump advirtió del peligro de que Alemania se volviera demasiado dependiente del suministro energético ruso. El Gobierno alemán no solo ignoró las advertencias, sino que además presentó Nord Stream como el instrumento para asegurar la paz a través del comercio.

En 2018 se comenzó con la construcción del Nord Stream 2. Angela Merkel reconoció que "hay que tener en cuenta también los factores políticos", pero continuó con el proyecto.

En 2019, el tono de Estados Unidos al respecto se endureció. 

En 2021, se finalizó la construcción del Nord Stream 2. El canciller alemán, Olaf Scholz, también se mostró a favor del Norstream 2 como "iniciativa económica", independientemente de la relación con Rusia.

La guerra lo cambió todo

El 22 de febrero de 2022 y en el reciente contexto del ataque ruso contra Ucrania, el canciller Scholz suspendió la certificación del Nord Stream 2 y el proceso de aprobación.

El 24 de febrero de 2022 Rusia atacó a Ucrania. Continuaron las entregas de gas a través de Nord Stream 1, pero por las sanciones de la UE contra Rusia, disminuyó la cantidad de los Estados de la UE que compraban a Rusia.

Entre julio y agosto de 2022, Rusia cerró Nord Stream 1. Tras varias interrupciones, finalmente en agosto se cortó el suministro de gas. Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sólo se reanudará cuando terminen las sanciones contra Rusia.

¿Quién está tras las explosiones?

El 26 de septiembre de 2022, se produjeron explosiones en ambos gasoductos, cerca de la isla danesa de Bornholm. Alemania, Dinamarca y Suecia comenzaron a investigar el sabotaje.

En 2023, el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh afirmó que Estados Unidos y Noruega habían sido los responsables. Sin embargo, no se pudo aportar ninguna prueba.

En agosto de 2024, la Fiscalía polaca dijo haber recibido una orden de detención europea de la Fiscalía alemana para arrestar a un sospechoso, el ucraniano Volodimir Z., que según informaciones polacas, ya habría partido a principios de julio de Polonia a Ucrania.

¿Por qué las autoridades polacas no actuaron con más rapidez? Según la Fiscalía polaca fue un error formal. Alemania no inscribió la petición en el registro Schengen, donde figuran las personas en búsqueda y captura por orden de detención europea. Por lo tanto, los guardias fronterizos polacos no pudieron arrestar al sospechoso.

(rmr/ms)