Ryanair y el despegue de las subvenciones
3 de febrero de 2004
Virgin Air presentó hace más de dos años ante la Comisión Europea, una queja en contra de las subvenciones otorgadas por el aeropuerto belga de Charleroi y la provincia de Valonia, a la línea aérea irlandesa Rynair. Esta gozaba de descuentos exclusivos sobre cargas aeroportuarias y la asistencia en tierra. Con su decisión, la Comisión da razón a Virgin Air y toma una decisión que sienta precedente. Aeropuertos regionales, como el de Charleroi a 50 kilómetros al sur de Bruselas, pueden otorgar apoyo a las líneas aéreas por cinco años, siempre y cuando las concedan por parejo a todas las líneas aéreas.
Ryanair parte de Charleroi desde 1997. Ha cobrado un total de 15 millones de euros en subvenciones. De este monto entre un 70 y un 75 por ciento son legales, según confirmó la Comisión Europea. Ryanair deberá devolver sólo el monto de rebajas que se le hicieron en las cargas aeroportuarias que no se otorgaron al resto de la competencia. El monto asciende a cerca de un millón de euros.
Muchas quejas
En Europa vuelan cerca de 60 líneas áreas de bajo costo. Las 10 más importantes, a la cabeza Ryanair, transportan a 50 millones de pasajeros anualmente, más de lo que alcanza por ejemplo la línea nacional alemana. Muchas de ellas operan en aeropuertos regionales para ahorrar costos. Si reciben subsidios nacionales, la Comisión Europea está obligada a investigar si cumplen con las regulaciones de la Unión Europea en caso de queja. Y no son pocas las quejas que tiene que investigar. Las quejas se acumulan y atañen a aeropuertos desde Alemania, como el de Frankfurt/Hahn en Klagenfurt, hasta España, como el de Huelva. Mismo Ryanair, que se siente ahora víctima en el caso de Charleroi, ha presentado quejas contra competidores por presuntos subsidios recibidos en Irlanda.
Lucha despiadada
Se prevé que el porcentaje de líneas aéreas baratas que operan en la Unión Europea siga creciendo de actualmente un 13 por ciento hasta un 20 por ciento. En el 2007 se espera alcanzar la cumbre del crecimiento, después de lo cual se registrará, según analistas, una depuración de la cual sobrevivirán sólo las empresas más sanas.
La lucha de precios es despiadada. Muchas líneas aéreas establecidas han reducido sus tarifas o han creado filiales que operan en el mercado de líneas aéreas baratas. Ryanair se encuentra bajo una gran presión y tuvo que reducir su pronóstico de ganancias para el año en curso, a pesar de un incremento en el número de pasajeros. El recorte de subvenciones en Charleroi su centro operativo, conllevará aun incremento en las tarifas. El precio promedio de un vuelo es actualmente de 67 euros.