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Rusia tendrá su propia estación espacial

17 de abril de 2015
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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha anunciado que su país construirá de aquí a 2023 su propia estación espacial. Desde la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), que actualmente orbita la Tierra, solo se puede ver el cinco por ciento del territorio ruso, argumentó Putin. "Sin embargo, necesitamos una estación desde la cual podamos controlar la superficie total de nuestro gigantesco país", explicó el jefe del Kremlin.

Rusia y Estados Unidos habían acordado recientemente seguir operando y financiando conjuntamente la ISS hasta al menos el año 2024. Sin embargo, la relación política entre las dos potencias es extremadamente tensa en la actualidad. Putin no precisó si Rusia llevará al espacio componentes modernos para la nueva estación o si desacoplará de la ISS el módulo ruso. Recientemente, el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogosin, había mencionado la posibilidad de desmontar en la ingravidez el módulo, que pesa 450 toneladas.

Rusia coopera desde 1998 en la ISS, situada a unos 400 kilómetros sobre la Tierra, no solo con Estados Unidos, sino también con Europa y Japón. Actualmente, Rusia está construyendo cerca de la frontera con China el moderno centro espacial Vostochny. Sin embargo, los vuelos tripulados desde ese centro no comenzarán hasta después de 2020 y no a partir de 2018 como estaba planeado, informó hoy el periódico "Kommersant".

Putin habría cambiado su estrategia, por lo que no se construirán en Vostochny rampas de lanzamiento para cohetes tripulados del tipo Soyuz, sino solo emplazamientos para el nuevo cohete Proton, en el que la navegación espacial rusa ha depositado sus esperanzas.

"El Soyuz es un modelo que ya no se construye y cuyos vuelos tripulados solo deben salir en adelante del centro espacial de Baikonur", dijo el portavoz de la empresa Roskosmos, Igor Burenkov. Rusia ha arrendado el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, hasta el año 2050. Roskosmos pretende convertir el cohete Proton en una alternativa mundial económica al cohete portador europeo Ariane, por ejemplo para el transporte de satélites, que es un negocio lucrativo.