Erika Steinbach en curso de colisión

Rzeczpospolita, de Varsovia: “Para el Partido Democrático Liberal (FDP) de Alemania, el conflicto alrededor de la política conservadora Erika Steinbach representa una oportunidad para enfatizar los valores de su política exterior. Mantener buenas relaciones con Polonia y otros países vecinos es uno de los objetivos más importantes en la agenda de los liberales alemanes; es por eso que el primer viaje de Guido Westerwelle como ministro de Exteriores lo llevó a Polonia. Westerwelle se opuso a la inclusión de Steinbach en el consejo directivo de la Federación de los Desplazados –una fundación que reúne a los alemanes expulsados de los territorios del Este perdidos por Alemania al finalizar la Segunda Guerra Mundial– alegando que Steinbach carece de credibilidad en Polonia tras haber votado en el Bundestag en contra del reconocimiento de la Línea Oder-Neisse como hito fronterizo (entre Alemania y Polonia). Esta es razón suficiente para decir que a Steinbach le falta autoridad moral para liderar una fundación cuyo nombre incluye la palabra ‘reconciliación’ ”.

Mirar hacia el futuro

Neue Zürcher Zeitung, de Zürich: “El hecho de que en Polonia reaccionen nerviosos y de cuando en cuando hasta con terquedad frente a las actividades de la Federación de Desplazados (BdV) es comprensible. Y es que, desde la perspectiva de los polacos, las peticiones que hace esta fundación alemana, como el derecho a la Patria, parecen querer propiciar una revisión de la Historia y abrir paso a nuevas exigencias. En Berlín no hace falta un centro para los refugiados o expulsados porque el destino de los refugiados y expulsados de entonces está anclado con firmeza suficiente en la consciencia colectiva y está bien documentado. Sus sacrificios se verían honrados con mayor dignidad si la mirada se abriera al prometedor futuro europeo en lugar de regodearse en viejas heridas”.

Falta gesto noble a críticas no siempre racionales Polonia

Frankfurter Rundschau, de Frakfurt del Meno: “Con las palabras: ‘¡Menos ciencia, menos política y más desplazados como funcionarios!’, Erika Steinbach quiere cortar el nudo gordiano que ella misma ató a lo largo de los últimos dos años, gracias a sus habilidosas tácticas. Sus méritos de ayer como promotora de la Federación de los Expulsados son tan grandes como pequeña es su disposición actual a hacerse a un lado para facilitar el trabajo de la fundación. Steinbach podría haber reaccionado con un gesto más noble a las críticas no siempre racionales esgrimidas en su contra desde Polonia. La representante de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) podría haber demostrado que la fundación y el objetivo de la reconciliación eran realmente importantes para ellas; más importantes que la posibilidad de sobresalir y perfilarse. Pero Erika Steinbach ha desaprovechado esa oportunidad”.

Editor: José Ospina-Valencia