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"Rugosidad" de la Luna podría ocultar agua en las sombras

3 de agosto de 2021

Aunque parezca una cáscara seca, la Luna parece tener agua por todas partes. Ahora, parece que la "rugosidad" de la superficie de la Luna, y las sombras que la acompañan, podrían ser un escondite para el hielo de agua.

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La Luna está cubierta de cráteres y rocas, lo que crea una "rugosidad" superficial que proyecta sombras, como se ve en esta fotografía de la misión Apolo 17 de 1972.
La Luna está cubierta de cráteres y rocas, lo que crea una "rugosidad" superficial que proyecta sombras, como se ve en esta fotografía de la misión Apolo 17 de 1972.Imagen: NASA/Eugene Cernan

Un nuevo estudio realizado por científicos de la NASA, con imágenes tomadas durante las misiones Apolo, sugiere que la "rugosidad" de la superficie de la Luna, y las sombras que la acompañan, crean pequeños puntos fríos para que el hielo de agua se acumule incluso durante el duro día lunar.

Debido a que no hay atmósfera que regule la temperatura durante el día, los científicos no comprenden del todo cómo puede ser posible. Las simulaciones sugerían que cualquier hielo de agua que se formara durante la noche lunar (cuando las temperaturas pueden descender a unos -150°C) se quemaría rápidamente cuando el Sol la calentara, pero las observaciones de las naves espaciales de la NASA han detectado desde entonces la presencia de agua en la superficie diurna de la Luna. 

Ahora, según el comunicado del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, los científicos están seguros de que el hielo de agua puede encontrarse en los polos de la Luna dentro de cráteres permanentemente ensombrecidos, es decir, cráteres que nunca reciben luz solar. 

"Hace más de una década, las naves espaciales detectaron la posible presencia de agua en la superficie diurna de la Luna, y esto fue confirmado por el Observatorio Estratosférico para la Astronomía Infrarroja [SOFIA] de la NASA en 2020", dijo Björn Davidsson, astrofísico del JPL. 

"Estas observaciones fueron, al principio, contraintuitivas: el agua no debería sobrevivir en ese entorno tan duro. Esto desafía nuestra comprensión de la superficie lunar y plantea preguntas intrigantes sobre cómo los volátiles, como el hielo de agua, pueden sobrevivir en cuerpos sin aire".

Ahora, los científicos sugieren que las sombras creadas por la "rugosidad" de la superficie lunar sirven de refugio para el hielo de agua, permitiéndole formarse como escarcha superficial lejos de los polos de la Luna. 

La exosfera de la Luna podría ser un factor

En el nuevo estudio, Davidsson y la coautora Sona Hosseini, investigadora y científica de instrumentos en el JPL, también explican cómo la exosfera de la Luna (los tenues gases que actúan como una fina atmósfera) puede tener un papel importante en este rompecabezas.

A medida que el Sol recorre el día lunar, la escarcha de la superficie que puede acumularse en estas zonas frías y sombreadas se expone lentamente a la luz solar y se desplaza hacia la exosfera de la Luna. De ahí, las moléculas de agua se vuelven a congelar en la superficie y se acumulan en forma de escarcha en otros lugares fríos y sombreados del satélite natural.

Para sus conclusiones, los científicos revisaron el modelo informático para tener en cuenta la rugosidad de la superficie que aparece en las imágenes de las misiones Apolo de 1969 a 1972. 

"La escarcha es mucho más móvil que el agua atrapada", dijo Davidsson. "Por lo tanto, este modelo proporciona un nuevo mecanismo que explica cómo se mueve el agua entre la superficie lunar y la delgada atmósfera lunar".

El nuevo estudio también examinó la desorción, dando a los modelos una representación más precisa de nuestro vecino lunar.

"El modelo de la temperatura de la superficie de la Luna descrito en este trabajo tiene importantes implicaciones para entender la presencia y evolución del agua en la superficie lunar", escriben Davidsson y Hosseini en su nuevo trabajo.

"Es de vital importancia tener en cuenta la rugosidad de la superficie para obtener una imagen precisa de la cantidad de agua en la superficie de la Luna".

Editado por Felipe Espinosa Wang.