Rooney mete el pie…

Cuando uno pisa, nota qué está pisando. Y según donde pone el pie, siente qué es lo que está apretujando. Cuesta mucho creer que el británico Rooney no se haya dado cuenta de que con sus tacos pulverizaba la entrepierna del pobre Carvalho, que desde aquí esperamos pueda seguir teniendo descendencia.

El árbitro andaba bien cerca de la jugada, así que la pudo ver con claridad y a Rooney esto le supuso la tarjeta roja y la expulsión. Después, el partido se decantó por Portugal en la tanda de penaltis. Castigo para los ingleses.

Rooney decidió el encuentro

Después de girar sobre sí mismos en busca del balón, y en medio de la confusión y los agarrones, el jugador portugués Carvalho calló al suelo. Tendido boca arriba sobre el césped fue un blanco fácil para el británico Rooney, que le pisó la entrepierna.

Amargamente se quejaba tras el partido el entrenador inglés de que la expulsión de Rooney, si no decantó el encuentro porque Portugal no consiguió adelantarse en el marcador, sí fue decisiva para que su equipo no materializara ningún gol y evitar con ello los penaltis que mandaron a combinado británico a casa.

Ciertamente, quizás el resultado hubiera sido otro si Rooney no hubiese pisoteado las intimidades de Carvalho, pero eso debería de haberlo pensado el británico antes de meter el pie donde un pie no tiene nada que buscar. Rooney no es ningún novato para ignorar las consecuencias que una acción de este tipo puede tener: para él, para el equipo y para el fútbol en general.