Ricardo II con Kevin Spacey
2 de mayo de 2006
La tragedia sobre la caída del Rey Ricardo II de Inglaterra, abre este miércoles la 60ª. temporada del Festival del Ruhr (Ruhrfestspiele), con Kevin Spacey en el papel estelar. El actor estadounidense y ganador de un oscar por su papel en la película "American Beauty", abre un nuevo capítulo en su carrera al interpretar un clásico de William Shakespeare (1564-1616). Hasta ahora, como él mismo reconoce, sus experiencias con el gran dramaturgo británico se remontan a sus años pre-universitarios.
La renombrada compañía de teatro de Londres, "Old Vic", que dirige Spacey desde el 2004, interpretará el plato fuerte del festival con siete representaciones cuyas localidades están agotadas antes del estreno. Como Spacey mismo afirma, la trágica historia del Rey Ricardo II nacido en el siglo XIV, no ha perdido actualidad pues muestra cómo el poder transforma al ser humano.
Arte por carbón
Unas cien mil personas acudieron a la ceremonia oficial de apertura el 1° de mayo que ofreció un programa con cabaret, teatro y música a manera de preámbulo de lo que los amantes de la cultura pueden esperar durante las próximas seis semanas. El director artístico del festival, el luxemburgués Frank Hoffmann, junto con el líder sindical de la mina Auguste Victoria, inauguraron oficialmente el evento que desde su fundación es patrocinado por la Confederación de Sindicatos alemanes, DGB y por la ciudad de Recklinghausen.
Su origen, en plena postguerra, fue altruista y solidario. Era el invierno de 1946 cuando los mineros de Recklinghausen regalaron carbón a la compañía del Teatro Thalia de Hamburgo. En agradecimiento, los actores llevaron teatro a los mineros al verano siguiente. Este gesto, conocido como "carbón para el arte y arte para el carbón", impulsó la fundación del festival que se ha expandido año con año desde entonces pese a no tener una compañía fija.
Fuerte contenido político
En la década de los 90 el Festival se ha abrió a espectáculos de toda Europa. Su entonces director Hansgünther Heyme vinculó los valores sindicales de solidaridad y equidad social con el espíritu europeísta. La fórmula dio renombre internacional al festival, dotándolo de un componente altamente político en el que confluían distintas corrientes europeas y formas culturales. Su programa era llevado a los teatros más emblemáticos en ciudades como Estocolmo, Londres, Bruselas, Berna y Madrid.
Heyme fue sucedido por el director de teatro Frank Castorf, que nunca logró igualar los resultados de su predecesor. Después de varios años de crisis provocadas por un público conservador que consideraba demasiado experimental a Castorf el alivio fue un cambio. Después de dirigir el Teatro Nacional de Luxemburgo, Frank Hoffmann de 52 años tomó el timón logrando captar en su segundo año de gestión, un récord en el número de visitantes. Su fórmula para atraer al gran público se basa en la mezcla de piezas reconocidas con célebres figuras a nivel internacional.