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Reiniciados trabajos en las ruinas

Eva Usi3 de enero de 2006

Luego de ser apuntalada una pared que amenazaba desplomarse comenzaron a despejarse el martes por la noche vigas y materiales que obstaculizan el trabajo de los rescatistas. Ya fueron hallados once cadáveres.

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Imagen de la pista de hielo desplomada.Imagen: AP

Se espera poder llegar así a cuatro personas, tres niños y un adulto, que aún se encuentran bajo las ruinas. Las esperanzas de hallarlas con vida, son muy pocas.

Por lo menos unas once personas murieron en el accidente ocurrido durante la tarde del lunes, cuando el techo de una pista de patinaje sobre hielo cedió por el peso de la nieve en la localidad de Bad Reichenhall, en los Alpes Bávaros.

Alrededor de 60 personas, la mayoría familias con niños, se encontraban en el recinto cuando el tejado de madera se derrumbó sepultando a quienes se encontraban en su interior.

El número de cadáveres identificados sigue siendo nueve, entre ellos, una mujer, seis niños y niñas de entre nueve y doce años de edad, así como dos jóvenes. Por la mañana del martes fueron rescatados dos cadáveres más que no han sido identificados.

Las autoridades alemanas temen que el número de muertos pueda ascender a un total de quince. Hasta el momento se han registrado 34 sobrevivientes, 18 personas siguen hospitalizadas. Los equipos de rescate de la Cruz de Malta, ofrecían ayuda psicológica a los padres que perdieron a sus hijos.

Muerte por bajas temperaturas

La canciller alemana Angela Merkel expresó sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas del derrumbe y pidió que no se pierdan las esperanzas hasta que se hayan encontrado a todos los desaparecidos. "Esperamos que los equipos de rescate que desde ayer trabajan incesantemente logren hallar aún sobrevivientes", dijo Merkel al tiempo que expresó su reconocimiento a todos aquellos que están trabajando más allá del límite de sus fuerzas físicas. Entre tanto la página web de la localidad bávara recibía un sinnúmero de mensajes de condolencia e indignación de ciudadanos alemanes.

Las labores de rescate han resultado difíciles no sólo por la nieve, sino por la inestabilidad de los escombros.

El primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, expresó en nombre de todo el país la solidaridad con las víctimas del derrumbe y subrayó que no es el momento de buscar responsabilidades, sino de ayudar. Stoiber agradeció la labor incansable de los equipos de rescate que rastrearon con perros durante toda la noche y continúan en el lugar del accidente. El pabellón deportivo tenía además de una pista de hielo, una piscina. Fue construido en los años 70 y necesitaba una remodelación.

Negligencia de operadores

La catástrofe tiene un matiz de negligencia, toda vez que el equipo de jockey sobre hielo, que tenía previsto un entrenamiento la tarde de la tragedia, suspendió el encuentro argumentando que iban a retirar la nieve sobre el techo que había caído sin interrupción desde la noche anterior. Hacia las tres y media de la tarde de la tarde la nieve había alcanzado 22 centímetros de altura, cuando el ayuntamiento local llamó al equipo Eishockey Athletik Club, que inició una cadena para avisar a los padres de los integrantes del equipo para avisarles sobre la suspención del entrenamiento.

Las autoridades de la localidad bávara de Bad Reichenhall, donde desde hace días se han registrado fuertes precipitaciones de nieve, se negó a inspeccionar todos los pabellones deportivos de la región, argumentando que son los operadores de éstos quienes son responsables por la seguridad de ellos.