Radicales en el Parlamento europeo: ¿peligra la democracia?
3 de junio de 2009Aunque no crean en la Unión Europea, aunque representen ideologías populistas o de extrema derecha, todos ellos ocupan un lugar en el Parlamento europeo en la ciudad belga de Bruselas. A pesar de no tener un programa conjunto y estar atomizados, la minoría de los euroescépticos podría ser un peligro para el proyecto de una Europa unida. Algunos de ellos creen que el resultado de las elecciones en el Parlamento Europeo, a realizarse en Alemania el 7 de junio próximo, será positivo para los movimientos independentistas.
Pero, como dice Daniel Hannan, un eurodiputado británico, “todas las instituciones necesitan sus críticos. Sin una mirada que se distancie y ponga a prueba a la UE, las organizaciones de Bruselas se creen más importantes de lo que en realidad son, y corren peligro de corromperse.” Hannan es un crítico de derecha, representante de una minoría en el Parlamento Europeo que se hace escuchar.
Radicales e independentistas, ¿peligrosos para la UE?
Tanto los escépticos de derecha como los de izquierda se manifiestan en contra de la integración del continente y de la ratificación del Tratado de Lisboa, el pacto de reforma de la UE. Sin embargo, hay expertos que piensan que estos grupos, a pesar de tener voz y voto en la Parlamento, no son un factor peligroso para la Unión. Piotr Kaczynski, por ejemplo, del Centro de Europeo de Estudios Políticos (CEPS), cree que los escépticos “están divididos y no tienen muchas posibilidades de influir en la labor de la Unión Europea, tampoco luego de las próximas elecciones.”
Algunas de las agrupaciones de críticos de la Unión Europea son la “Unión por una Europa de las naciones”, que cuenta con 40 miembros. También la fracción “Independencia/Democracia”, con 22 miembros, y, además, otros 30 que no pertenecen a ningún grupo.
Si bien se trata en su mayoría de agrupaciones políticas democráticas, ciertas fracciones están peligrosamente inclinadas hacia la extrema derecha. Hace poco, las palabras de un joven eurodiputado búlgaro, Dimitar Stojanoff, causaron polémica por ser una declaración de guerra a la etnia roma. Y el radical de derechas francés Jean-Marie Le Pen tampoco se queda atrás con su explicación acerca de que “las cámaras de gas son un detalle de historia la Segunda Guerra Mundial”.
La extrema derecha no tendrá vía libre
Tales comentarios en una sesión plenaria tuvieron por resultado que la mayoría de los diputados de la Unión hayan tomado una decisión importantísima a pocos días de las elecciones: a partir de ahora será el presidente saliente quien dirija las sesiones del Europarlamento, y no el antiguo presidente, como era usual. “De ese modo se le impidió actuar a Jean-Marie Le Pen, quien era el diputado más antiguo. No le queríamos dar la posibilidad de dirigir la primera sesión del Parlamento Europeo”.
La mayoría de 785 diputados europeos no quiere facilitarle las cosas ni a Le Pen ni a los otros representantes de la extrema derecha, y seguramente habrá cambios en este sentido luego de las elecciones europeas. Hasta ahora se necesitaban 20 diputados de seis países para formar una fracción. A partir de 2009, es decir, en el nuevo Parlamento recién electo, se necesitan 25 diputados de siete países. Esto también será una condición que hará más compleja la formación de nuevos grupos.
Grupos radicales de derecha de Rumania y Bulgaria hubo desde el ingreso de estos países a la UE en 2007. La aparición de agrupaciones que se unieron a partidos ya existentes, como el belga “Vlams Belang” o el “Frente Nacional” francés no llegaron a cumplir un año debido a conflictos internos que los disolvieron.
También la débil participación en las elecciones de 2004, luego de la gran expansión de la UE hacia el este, provocó que muchos partidos radicales entraran al Parlamento. “Pero no influían de ningún modo en lo legislativo”, aclara Piotr Kaczynski. Quien sí tendrá mucho que decir en la legislación del Parlamento Europeo después de las elecciones de junio será el movimiento “Libertas”, que lidera el irlandés Declan Ganley. “Libertas” formó parte del movimiento irlandés en contra del Tratado de Lisboa y hoy es un grupo paneuropeo. En algunos países, como Irlanda, la República Checa y los Países Bajos se presenta solo, mientras en España y Alemania lo hace unido a partidos más pequeños. Según expertos, “Libertas” es un partido que carece de claridad programática y de una orientación definida.
Para Kaczynski, “el Tratado de Lisboa es el tema principal para Libertas. Para ellos, el pacto es antidemocrático y debe rechazarse. Este argumento no suena bien en todos los países de Europa, por lo cual los políticos nacionalistas de “Libertas” utilizan también otros temas, como por ejemplo, una retórica totalmente antialemana en Polonia”.
Está claro que los argumentos radicales no obstaculizarán el trabajo del Parlamento Europeo en el próximo período legislativo. Pero el aumento de votos que favorecen a partidos de extrema derecha debería preocupar y ocupar seriamente a los partidos mayoritarios de la Unión para averiguar por qué se produce este fenómeno.
Autora: Susanne Henn/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina