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¿Qué cambia en el mundo el 24 de febrero de 2022?

Christoph Hasselbach
24 de febrero de 2022

El ataque ruso a Ucrania ha cambiado el mundo de un día para otro. ¿Rige ahora la ley del más fuerte?

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Carnavalistas también participaron en la manifestación por la paz en Ucrania este jueves en el centro de Colonia, Alemania
Carnavalistas también participaron en la manifestación por la paz en Ucrania este jueves en el centro de Colonia, AlemaniaImagen: Susan Bonney-Cox/DW

El canciller alemán, Olaf Scholz, califica el ataque ruso de "flagrante violación del derecho internacional". Putin está "poniendo en riesgo la paz de nuestro continente". "Hoy nos hemos despertado en un mundo diferente", dice la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock. Y el Comisario de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, habla de la "hora más aciaga para Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial".

Esperanzas rotas en 1990

La no violencia, la inviolabilidad de las fronteras, la autodeterminación, fueron los pilares del orden de la posguerra. Es cierto que durante la Guerra Fría se enfrentaron dos bloques opuestos fuertemente armados, la OTAN por un lado y el Pacto de Varsovia de los soviéticos por otro. Pero muchos esperaban que, con el desmoronamiento del bloque comunista en 1989/90 y la disolución de la Unión Soviética, esa oposición se superaría.

También hubo guerra en Europa después, por ejemplo con la desintegración de Yugoslavia en la primera mitad de los años 90. Pero las dimensiones del ataque de este 24 de febrero superan toda confrontación desde la Segunda Guerra Mundial. El teniente general Alfons Mais, de la Bundeswehr (el Ejército alemán) señala: "Todos lo veíamos venir y no fuimos capaces de sacar las conclusiones de la anexión de Crimea y aplicarlas". Es más: "Las opciones que podemos ofrecerles a los políticos para apoyar a la Alianza son extremadamente limitadas".

Estados bálticos en peligro, a pesar de su pertenencia a la OTAN

Los países del este europeo de la OTAN y de la UE, sobre todo las tres repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, se preguntan ahora si ellos también están amenazados. Tienen largas fronteras con Rusia o Bielorrusia, aliada de Moscú, y fuertes minorías rusoparlantes. Antes pertenecían a la Unión Soviética. La expresidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, escribió en un tuit: "Las sanciones no detendrán al agresor". Los "criminales de guerra" solo pueden ser detenidos "en el campo de batalla".

El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha asegurado a los países miembros del Este que la alianza militar hará todo lo posible para proteger a todos los aliados.

Sin embargo, en lo que respecta al Báltico, los expertos militares occidentales ya plantearon en 2016 sus dudas sobre si la OTAN podría defender realmente a los tres países. En un estudio del think tank estadounidense RAND, en el que también participó el excomandante de la OTAN Egon Ramms, se señala que Rusia podría bloquear fácilmente los tres Estados y cortar los suministros de la OTAN al norte. La infantería de la OTAN "ni siquiera podría retirarse. Sería derrotada en el acto". La única opción que queda es intentar retomar el Báltico. Pero eso acabaría "en desastre".

La caja de Pandora

Si los desplazamientos de fronteras vuelven a ser posibles y, sobre todo, si son tolerados por la comunidad de Estados, esto podría abrir la caja de Pandora si se piensa en las numerosas reclamaciones territoriales que los Estados de todo el mundo hacen a otros. China, por ejemplo, reclama la isla de Taiwán. Serbia, que mantiene buenas relaciones con Rusia, podría intentar ampliar su territorio para incluir a la República Srpska en Bosnia-Herzegovina, por citar solo dos ejemplos.

A pesar de la prohibición de expresiones políticas en el fútbol, los jugadores del Barcelona y el Nápoles expresaron hoy su deseo en medio del partido en Italia
A pesar de la prohibición de expresiones políticas en el fútbol, los jugadores del Barcelona y el Nápoles expresaron hoy su deseo en medio del partido en ItaliaImagen: CIRO DE LUCA/REUTERS

La ingenuidad de Alemania

Para Alemania en particular, la invasión pone patas arriba todo aquello en lo que sus dirigentes políticos han creído durante décadas. Debido a su propia historia del nacionalsocialismo y a la Segunda Guerra Mundial que desencadenó, Alemania ha estado especialmente comprometida con la distensión y el entendimiento. "Ahora es el momento de que Alemania despierte", advierte Andrij Melnyk, embajador ucraniano en Berlín. "La gente ha ignorado todas las advertencias en Occidente, incluso en Alemania".

Algunos políticos lo admiten ahora. "Probablemente todos nosotros en Alemania -y no me excluyo en absoluto- fuimos demasiado crédulos", dijo el líder del Partido Cristianodemócrata Alemán (CDU), Friedrich Merz, al grupo mediático Die Welt.

La exministra de Defensa Annegret Kramp-Karrenbauer se muestra aún más contundente: "Estoy muy enfadada con nosotros mismos porque hemos fracasado históricamente", escribe en Twitter. Incluso después de la anexión de Crimea, no se proporcionó ninguna disuasión real. Antiguos cancilleres como Helmut Schmidt y Helmut Kohl sabían "que las negociaciones siempre tienen prioridad, pero hay que ser militarmente tan fuerte para que la otra parte no tenga otra opción que negociar”, escribe el político de la CDU.

EE.UU. sigue siendo la garantía de seguridad más importante

La invasión también podría obligar a Washington a cambiar de rumbo. Estados Unidos y sus aliados "actuarán con unidad y determinación", ha prometido el presidente Joseph Biden. Esta unidad no siempre ha sido un hecho en los últimos años, especialmente durante los años de Donald Trump, que inicialmente cuestionó a la propia OTAN. Pero incluso antes de Trump, Estados Unidos se había alejado de Europa y exigía una mayor asunción de responsabilidades por parte de los europeos, especialmente en el plano militar. El tono de Biden volvió a ser más conciliador, pero se ha mantenido una cierta distancia.

"Estados Unidos vuelve a ser -y en principio en contra de sus planes y expectativas- la potencia garante de la seguridad europea", afirma Johannes Varwick, experto en política exterior de la Universidad de Halle. "Ahora tenemos que reactivar el viejo concepto de contención contra Rusia. Eso significa que tenemos que reforzar el flanco oriental de la OTAN y utilizar la disuasión para mostrarle a Putin la línea en esta frontera", escribe a Deutsche Welle (DW).

Los que han estado fuera, siguen afuera

Pero, ¿qué pasa con los países del este de Europa, como Ucrania o Georgia, que hasta ahora han intentado en vano encontrar protección en la OTAN? Para una parte de Europa, "el orden de 1990 está en ruinas", afirma el experto en seguridad Rafael Loss, del think tank European Council on Foreign Relations, a DW. "Podríamos encontrarnos en una situación en la que haya una lucha por los espacios intermedios, en la que se trate más de defender a los países que ya están en el club que de intentar integrar a los países de fuera".

Loss cree que esto conducirá a una "Europa muy fragmentada" en el futuro inmediato. Puede suceder que los países de la UE y la OTAN "no estarán tan dispuestos a tender la mano a estos países".

¿Vía libre para una guerra global?

La presidenta del Bundestag, Bärbel Bas, escribió a su homólogo ucraniano, Ruslan Stefantschuk: "El 24 de febrero de 2022 pasará a ser un día aciago en la historia de Europa y de todo el mundo civilizado".

Este 24 de febrero de 2022 han cambiado muchas cosas, especialmente las ideas de cómo es el mundo o cómo debería ser. Ha destrozado las ilusiones, quizás más en Alemania que en otros lugares. El politólogo Johannes Varwick advierte: "Debe seguir siendo una excepción que las fronteras se muevan por la fuerza militar. De lo contrario, nos meteremos en un callejón sin salida en Europa y mucho más allá, y eso sería un pase seguro para una guerra mundial".

(jov/ms)