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Puente entre Nueva York y Berlín

5 de julio de 2002

Estudiantes de secundaria neoyorquinos afectados por los atentados terroristas del 11 de septiembre, llegaron a Berlín para participar, junto con escolares alemanes, en un festival juvenil alemán –estadounidense.

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El canciller alemán Gerhard Schröder durante la fiesta germano-estadounidense.Imagen: AP

El grupo de estudiantes, 189 estadounidenses y 600 alemanes, convirtieron el jardín de la cancillería alemana en escenario de un festival de la amistad entre ambas naciones. El centro del poder político alemán donde normalmente se ven diplomáticos y capitanes de la economía vestidos de traje y corbata, se convirtió por un día en un espacio dedicado a la juventud multicultural.

No quedó rastro de la habitual solemnidad del lugar ubicado en el corazón de Berlín, los fuertes decibelios de música de Rock y partidos de baloncesto transformaron el escenario en un espacio joven y vital. Los chicos, vestidos de camisetas azules, distintivas del festival, brincaron y cantaron con toda el alma bajo el sol berlinés.

El festival estuvo lleno de sonrisas, pero tiene un triste trasfondo. El Canciller alemán Gerhard Schröder invitó a Alemania a 189 estudiantes que estuvieron directamente afectados por los ataques terroristas del 11 de septiembre contra las torres del World Trade Center. Junto con los 600 estudiantes provenientes de distintas ciudades alemanas, tomaron parte en el programa "Puente entre Nueva York y Berlín.

Tendiendo puentes de amistad

Bajo este programa, un total de mil estudiantes neoyorquinos han visitado ya la capital alemana. La iniciativa, que tiene por objetivo promover los lazos amistosos entre la juventud de ambos países, ha sido financiada por un total de 16 grandes consorcios alemanes, encabezados por la multinacional automotriz Daimler-Chrysler, que tiene precisamente raíces germano - estadounidenses.

"Con este tercer grupo de estudiantes norteamericanos que visitan Berlín, queremos promover la tolerancia y la comprensión entre la juventud de ambos lados del Atlántico. Esperamos que de esta experiencia se desarrollen lazos amistosos que perduren", dice el vicepresidente de Daimler Chrysler AG, Matthías Kleinert, quien preside el programa.

Antes de llegar a la vibrante capital alemana, los jóvenes ya recorrieron distintos lugares de interés histórico y cultural en Alemania. Durante el viaje, los estudiantes provenientes de la gran manzana, fueron alojados por familias alemanas con hijos de edades similares.

"Estoy muy contenta de haber venido, ésta es una experiencia que nunca olvidaré", dice Amanda Zelez, de 16 años, proveniente de Staten Island. "He hecho muchos amigos y he aprendido mucho sobre la cultura alemana."

La cancillería fue transformada en galería

Durante las últimas semanas, los estudiantes han realizado conjuntamente obras de arte, como expresión de paz y amistad. Unos 350 alumnos han escrito poemas y plasmado pinturas que evocan el "puente de paz y esperanza." El proceso creativo ha sido supervisado por la pintora alemana Christine Haberstock. El resultado han sido cuadros, grafitis y carteles, de fuerte expresión y contenido, que se exhiben en las oficinas de la cancillería alemana.

Algunas obras, por ejemplo, muestran las banderas de ambos países ondeantes o entrelazadas, otras tienen claros mensajes de reconciliación y esperanza, alusivos a los atentados terroristas. En general son testimonios del anhelo en estos jóvenes por que haya paz en el mundo. Dolette Kambridge de Nueva York, escribió: "Los recuerdos de aquel día no serán olvidados nunca. Quedaron grabados con fuego en nuestras mentes. No los olvidaremos pero sí los superaremos."

Eventos en vivo

Algunos estudiantes trabajaron en el jardín a la vista de todos. El resultado fueron varias espléndidas pinturas al óleo que fueron obsequiadas en agradecimiento al principal promotor de esta iniciativa: el canciller Schröder. Del otro lado del jardín, la maestra de ceremonias Mika, quien tiene su propio programa musical en televisión, condujo el festival juvenil, con actuaciones de baile en el escenario y demostraciones de artes marciales en el jardín. Además hubo numerosas actividades deportivas para animar la interacción entre los estudiantes. Además de partidos de fútbol y voleibol, hubo competencias de bici-cross (BMX) y hasta un maratón simbólico con monopatines sobre el puente que cruza el río Spree, detrás de la cancillería alemana.

Sprichst Du Deutsch ?

No parecía haber ningún problema de comunicación. "Todos los alemanes son muy simpáticos y la mayoría de ellos hablan muy bien inglés", dijo Unwana Ocu de 16 años, quien vive en Brooklyn. A éstos jóvenes, deseosos de aprender algunas frases en alemán y algo de la cultura alemana, DW-WORLD, les mostró su página internet "Germanizer", a través de las computadoras dispuestas en el lugar.

A través de juegos, el programa confronta a los participantes con preguntas como ¿Sabía usted que al salir de un elevador, los alemanes se despiden de las personas que siguen en el ascensor? Los jugadores pueden aprender frases útiles como "Ich hätte gerne Schweinshaxe mit Sauerkraut," lo que significa "Quisiera chamorro con chucrut."

Aprender a superar barreras

Cuando los jóvenes se quedaban cortos de palabras, el deporte se convirtió en el común denominador. "El baloncesto reúne a la gente de todo el mundo," afirmaba convencido el berlinés Erik Smith en la cancha, "aunque no hables el mismo idioma, puedes jugar y entenderte con los demás." En las camisetas de los jóvenes se leía su procedencia: Stutgart, Regensburgo ó Nueva York. Todos jugaban apasionadamente en la cancha, entonces uno recuerda las frases vistas en la cancillería: "Intercambio por la paz, amor, felicidad y esperanza." Los clásicos temas universales.