Premio Sajarov para la ONU

Como suele ocurrir con galardones internacionales de prestigio, el premio de derechos humanos que lleva el nombre de quien fuera uno de los más connotados disidentes soviéticos, Andrei Sajarov, conlleva un mensaje político. En esta oportunidad, el Parlamento Europeo decidió concedérselo a la Organización de las Naciones Unidas y a su máxima autoridad, haciendo también referencia expresa al enviado especial de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Mello, quien murió en el atentado perpetrado contra la sede del organismo en Bagdad el pasado 19 de agosto.

Ocaso y resurgimiento

Ciertamente se trata de un homenaje a aquellos que han perdido la vida en su labor al servicio del organismo mundial. Pero, al mismo tiempo, puede interpretarse como una muestra especial de respaldo europeo a la ONU, después de que su autoridad se viera fuertemente cuestionada durante la crisis iraquí. Significativo resulta, en este contexto, que entre los nominados de este año para recibir el galardón figuraran también el jefe de los inspectores que intentaron dilucidar si existían efectivamente armas de exterminio masivo en Irak, Hans Blix, y el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Mohamed el Baradei.

Cuando Estados Unidos decidió obviar la falta de un mandato expreso del Consejo de Seguridad y emprender su ofensiva militar contra Irak, secundado por algunos aliados, no faltó quien presagiara el ocaso de la ONU. Transcurrido poco más de medio año de la confrontación militar vuelve a quedar, sin embargo, de relieve la importancia de dicha institución multilateral para zanjar las crisis de nuestros días. Washington no sólo ha tenido que recurrir a ella en vista de la incapacidad para hacer frente por sí solo al desafío de la postguerra, sino que posiblemente se vea en la necesidad de hacer más concesiones, para conseguir el apoyo que necesita.

El mensaje europeo

Cierto es que las Naciones Unidas no tienen más poder que el que le confieran sus integrantes. Pero a estas alturas va quedando en claro que ni siquiera la única superpotencia del momento puede darse el lujo de prescindir de ella. La conclusión más lógica sería que no es ésta la hora de las escapadas unilaterales, sino de la búsqueda de entendimientos a nivel mundial.

Tal es, a todas luces, el mensaje que entrega el Parlamento Europeo, en que están representadas todas las tendencias de la ciudadanía de la UE. En este sentido parece reflejar cabalmente el sentir mayoritario de la población, que se manifestó con toda claridad contra la opción militar en la crisis iraquí, aunque algunos gobiernos se alinearan junto a Estados Unidos y su presidente.