¿Por qué protestan los georgianos día tras día?
8 de diciembre de 2024Día tras día, noche tras noche, manifestantes con banderas georgianas y de la UE se han congregado en las calles de la capital, Tiflis, y en todo el país. Durante más de una semana, las gélidas temperaturas y la violenta represión policial no han disuadido a miles de personas de manifestar contra unas controversiales elecciones y la decisión del gobierno de postergar las conversaciones de adhesión a la UE.
Los manifestantes tienen dos reivindicaciones principales: unas nuevas elecciones, tras la votación parlamentaria del 26 de octubre, y la vuelta a la senda europea consagrada en la Constitución de su país. El partido gobernante, Sueño Georgiano, ha acusado a la oposición de "escenificar la Revolución de Maidán” -en referencia al levantamiento ucraniano de 2014 contra su presidente prorruso Viktor Yanukovich- con la ayuda de "mecenas extranjeros".
El anuncio del gobierno alineado con Moscú a finales de noviembre de que planeaba suspender las conversaciones de adhesión a la UE hasta 2028 y rechazar más financiamiento de la UE desató una indignación pública. La mayoría de los manifestantes creen que Rusia -vecina de Georgia en el norte- mueve los hilos entre bastidores.
El partido gobernante ha negado ferozmente simpatías prorrusas, posicionándose como el único partido que podría salvar a los georgianos de otra guerra, en medio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
La campaña electoral de Sueño Georgiano se basó en un llamado a las aspiraciones europeas de la mayoría de los georgianos, que han mostrado sistemáticamente su apoyo a la vía europea en las encuestas de opinión. Pero tras asegurarse el poder en las reñidas elecciones de octubre, el brusco giro de 180 grados del partido en política exterior, alejándose de Occidente, fue un shock para muchos.
"Si el gobierno quiere Rusia para nosotros, ¿por qué quieren Europa y Estados Unidos para sus hijos, donde estudian y viven?", dijo a DW Iva, un actor cuyo teatro está ahora en huelga. "Para ellos, es más fácil ser corruptos y ganar dinero con Rusia y gastarlo en Europa".
El partido gobernante se ha apoderado de las instituciones del Estado
Tras las elecciones del 26 de octubre, la Comisión Electoral de Georgia declaró la victoria de Sueño Georgiano con 54% de los votos. La presidenta proeuropea, Salome Zourabichvili, los partidos de la oposición y grupos de la sociedad civil acusaron al gobierno de fraude electoral.
El partido gobernante afirmó que las elecciones habían sido limpias, pero algunos observadores locales e internacionales han documentado numerosas irregularidades electorales.
Zviad, un manifestante que ha cuestionado la legitimidad de los resultados, declaró a DW en una protesta que exigía la repetición de las elecciones. "He visto cómo los observadores del partido gobernante presionaban a la gente en los colegios electorales para que votaran por Sueño Georgiano. Lo he documentado, y no sólo yo. El partido gobernante ha capturado todas las instituciones del Estado: el Parlamento, los tribunales y la comisión electoral", afirmó.
En las últimas protestas pacíficas, la policía ha perseguido, detenido y golpeado a manifestantes. El defensor de los derechos humanos de Georgia, Levan Ioseliani, ha calificado las acciones policiales de "brutalidad" y "tortura".
El primer ministro culpa a la oposición de la violencia
Según las últimas estimaciones de la organización Transparencia Internacional, unas 400 personas han sido detenidas durante las protestas. Más de 300 han resultado heridas, entre ellas varios periodistas.
El primer ministro, Irakli Kobakhidze, ha acusado a los líderes de la oposición de orquestar la violencia, culpándolos de los heridos. También elogió a la policía por "neutralizar con éxito la capacidad de violencia de los manifestantes", añadiendo que los agentes habían sido atacados por manifestantes que lanzaban piedras y fuegos artificiales.
"Hemos ganado una importante batalla contra el fascismo liberal en nuestro país", declaró a los periodistas, haciéndose eco de la retórica utilizada por el Kremlin contra sus oponentes políticos.
Muchos de los manifestantes presentes el viernes en la plaza del Parlamento consideran que la actual crisis constitucional es un momento de "ahora o nunca". El gobierno no ha dado muestras de dar marcha atrás, y ambas partes parecen decididas a esperar a ver quién se rinde primero.
"¿Cuánto tiempo puede durar? Podemos estar aquí dos o tres semanas, pero ¿qué podemos hacer después? Me temo que nuestra protesta acabará apagándose", dijo Anna, una de las manifestantes.
La mayoría de los manifestantes con los que habló DW dijeron que querían "un compromiso pacífico". Una minoría, sin embargo, pintó un panorama bastante más oscuro del futuro: "revolución".
(mn/rr)