1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

¿Por qué renunció Collina?

Mirra Banchón30 de agosto de 2005

Con su renuncia, Pierluigi Collina quiere defender su imagen de árbitro probo. En un mundo de escándalos, de deportistas deshonestos, partidos arreglados o árbitros corruptos, una conducta así resulta casi increíble.

https://p.dw.com/p/778N
¡Adío, Pierluigi Collina!Imagen: AP

Pierluigi Collina renunció a su puesto de árbitro, pero no estará en el banco de los desempleados por mucho tiempo. De ser la estrella entre los árbitros, Collina pasará rápidamente a ocupar lugares estelares en la televisión italiana como comentarista. Su dimisión, debida al contrato firmado con la automotriz alemana Opel, pone de relieve, una vez más, el tema de la publicidad en el deporte. ¿A quién pueden vender los deportistas o, en este caso, los árbitros su rostro o su uniforme? ¿Dónde están los límites?

EM 2004 Niederlande gegen Tschechien Pierluigi Collina
En Portugal, 2004Imagen: AP

En el caso de Collina, el que haga propaganda justo para la empresa que patrocina al Milán, pondría en duda su imparcialidad. Y, las reglas dicen que eso es lo que no puede ser, más aún tratándose de un árbitro. ¿Aunque se trate de uno de probidad legendaria? ¿O precisamente por eso? Podría ser que la Asociación Italiana de Fútbol (AIF) obrara como deberían hacerlo todas: la justicia de los resultados es lo primero, ruede la cabeza que ruede, ¿o no?

Publicidad para todos, menos para Opel

Opel Logo im Rückspiegel
El logo de OpelImagen: AP

Collina había hecho publicidad para productos alimenticios, para zapatos deportivos, para ropa masculina… y nunca nadie había protestado. Pero cuando puso a disposición de la automotriz alemana Opel su famosa cabeza de cinco veces mejor árbitro del mundo, la Asociación Italiana de Árbitros protestó: debía cancelar su contrato de un millón de euros por ser justo ésa la empresa que patrocina al Milán, finalista de la liga de Campeones. Debido a un posible conflicto de intereses, el afamado referee no tendría permiso para arbitrar los partidos de la primera Liga, si no renunciaba a su contrato. Pero, a sólo días de que saliese al aire, Collina no podía retroceder. "Hay reglas que valen para todos los árbitros. Con Collina no podemos hacer una excepción", declaró el presidente de la Asociación de Fútbol, Franco Carrazo.

Imparcial hasta el final

Y pitar los partidos de segunda división no le hubiese molestado, de no haber sido porque se estaba poniendo en duda su imparcialidad. "Después de 28 años, no me ha quedado otra cosa que renunciar", habría declarado Collina con voz temblorosa. En un fútbol plagado de escándalos de corrupción, de árbitros comprados -como el tristemente famoso alemán Hoyzer-, Collina era casi un sello de transparencia y honestidad.

¿Mejor valor en el mercado?

Pierluigi Collina
Imagen: AP

Aunque bonito no es el asunto y tanto Collina mismo como la AIF lo lamenten mucho -"al final, todos perdemos", ha declarado el famoso árbitro después de presentar su renuncia-, probablemente sea el mejor momento para acabar una rutilante carrera. Con un millón de euros en el bolsillo por la propaganda que le costó el seguir usando su silbato como arma de la ley y con una amplia aceptación en el mundo de la publicidad (según encuestas, un 60% de las italianas opina que es sexy), un escándalo como éste sólo incrementa el valor que habría tenido en el mercado después de una retirada común y corriente. Una temporada más le quedaba apenas. Entonces, ¿no es mejor retirarse defendiendo su imparcialidad y probidad antes de que el arca abierta haga pecar al más justo? Todas especulaciones. En el mejor de los casos, la honestidad sí existe, también en el mundo del deporte.