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Polonia construye valla fronteriza con Kaliningrado

Monika Sieradzka
23 de noviembre de 2022

Polonia cierra fronteras hacia el exclave de Kaliningrado con un cerco de alambre de púas para frenar a los migrantes, en especial, a los de Cercano Oriente y el Norte de África. Y para tranquilizar a los habitantes.

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Los guardias fronterizos polacos colocan alambre de púas de la OTAN en la frontera con el exclave ruso de Kaliningrado.
Los guardias fronterizos polacos colocan alambre de púas de la OTAN en la frontera con el exclave ruso de Kaliningrado.Imagen: Monika Sieradzka/DW

La granja de Krzysztof Zajaczkowski está a casi 400 metros del cartel amarillo en el que se lee en polaco "Frontera estatal”. El acalde de la localidad de Wilkajcie puede verlo desde su ventana. El bosque situado detrás del cartel forma parte del exclave ruso de Kaliningrado. A finales de noviembre de 2022, todavía es posible pasar desde el prado contiguo hasta la línea fronteriza. Pero eso pronto terminará, porque del lado polaco se está construyendo una valla de concertina, un alambre helicoidal con láminas galvanizadas.

Algunos kilómetros más al este ya han comenzado las obras para erigir la cerca de alambre de púas afiladas como navajas. "Eso es bueno y necesario cuando se vive tan cerca de Rusia”, explica Zajaczkowski. Si bien no se siente amenazado, incluso sin la valla, ya que la guardia fronteriza polaca vigila estrictamente el territorio, "cuando uno ve lo que está sucediendo hoy en Ucrania, no se sabe qué más puede venir desde el lado ruso”.

"Queremos que esta frontera esté bloqueada por completo”: esas fueron las palabras del ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak, al anunciar la construcción de la nueva valla, el 2 de noviembre de 2022. La decisión tiene que ver con el "tráfico aéreo entre Oriente Medio y Kaliningrado”. Según los informes de los medios, el aeropuerto en el enclave ha firmado acuerdos con Siria, Bielorrusia y Turquía.

En 2021, miles de personas volaron desde Minsk, la capital de Bielorrusia, para atravesar la frontera polaca y llegar así a la Unión Europea. Hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de Polonia, que luego construyó un cerco de alambre de púas en la frontera con Bielorrusia. Según la guardia polaca de frontera, el número de intentos de ingreso ilegales ha bajado desde entonces, de 17.000 en octubre de 2021, a cerca de 1.500, en octubre de 2022.

Cámaras, cabless, detectores de movimiento

Ahora, el nuevo cerco debe proteger a Polonia de un escenario similar desde Kaliningrado. Está planeado con una longitud de más de 200 kilómetros, tres metros de ancho y 2,5 metros de altura. Hasta mitades de noviembre, solo se completaron los primeros cinco kilómetros. En principio, estará hecho de alambre helicoidal de cuchillas, y más tarde se agregarán cámaras, cables trampa y detectores de movimiento subterráneos. Cerca de un tercio de los polacos apoya la construcción del nuevo muro, aunque los traspasos ilegales de frontera desde Kalinigrado son poco frecuentes. Solo hubo 11 casos desde enero hasta septiembre de 2022, la mayoría, de contrabandistas de tabaco y no de migrantes.

Krzysztof Zajaczkowski, alcalde del pueblo de Wilkajcie, en el norte de Polonia.
Krzysztof Zajaczkowski es el alcalde del pueblo de Wilkajcie, en el norte de Polonia, a casi 400 metros de la frontera con Rusia.Imagen: Monika Sieradzka/DW

Miedo a un ataque ruso

"Los migrantes no son nuestra única preocupación”, explica a DW Urszula, de la ciudad de Goldap, de unos 14.000 habitantes, a cuatro kilómetros de la frontera. "Hasta ahora no hemos visto rusos aquí. Pero cuanto más protegidos estemos de Rusia, mejor. Putin es un bandido”. Luego de vivir 30 años en Estados Unidos, regresó a su país, pero ahora se siente tan insegura allí que evalúa volver a emigrar a EE. UU.

Otros, sin embargo, no creen que la valla pueda detener a los migrantes. "No sé si tal vez sería mejor que Polonia lleve a cabo una verdadera política migratoria”, dice, por ejemplo, Zbigniew Sodol, un terapeuta de Goldap. La activista de derechos humanos y eurodiputada Janina Ochojska, del partido Plataforma Ciudadana (PO), se dirigió al primer ministro polaco y al gobierno de Varsovia: "¿Le han quitado la cordura? ¿Gastó 350 millones de euros en una 'muro de contención' en la frontera entre Polonia y Bielorrusia solo para tener resquicios para más contravenciones de la ley y devoluciones de migrantes, y ahora quiere construir otra? Cumpla las leyes y los procedimientos. Es más barato y eficiente”.

Pero esas voces críticas no son comunes. En temas de seguridad, las posiciones del gobierno y de la oposición apenas se diferencian. Eso no sorprende a la directora del Centro de Estudios sobre Terrorismo de la Universidad Collegium Civitas, de Varsovia: "Si reaccionamos ante la amenaza de un país que está causando un conflicto armado directamente detrás de nuestra frontera con Ucrania, apenas se puede esperar que haya resistencia”, dijo en entrevista con DW. Y Polonia también es responsable por la protección de una frontera externa de la UE. "En la frontera con Kaliningrado no solo se invierte en la seguridad de los ciudadanos polacos, sino también en la de los habitantes de todos los países de la zona Schengen, subraya la experta.

(cp/ers)