1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

"Poder popular" en el mundo árabe

3 de marzo de 2005

La prensa europea sigue con la atención fija en el caso libanés, dedicando múltiples comentarios a la situación de Siria, acosada por las protestas contra la ocupación.

https://p.dw.com/p/6KAE
Hasta en el retrato se ve preocupado el presidente sirio.Imagen: AP

El Tagesspiegel, de Berlín, opina: "Ahora llegan desde el Líbano noticias como las que el mundo conocía de Europa del Este: manifestantes que protestan en las calles fuerzan la dimisión de un gobierno. Y arrancan de la potencia ocupante la promesa de retirar a sus soldados. ... En Arabia muchas cosas son distintas. Las diferencias entre los países son incomparablemente mayores que en Europa del Este. Para nosotros, en Occidente, se plantean sin embargo las mismas preguntas de entonces: ¿Queremos respaldar el cambio, aun cuando éste ponga por lo pronto en peligro la estabilidad? ¿Cuáles son los medios adecuados? Por ejemplo, respaldar a los disidentes y no a los regímenes. Las sociedades civiles necesitan espacios protegidos para desarrollarse en las dictaduras. La presión política y económica ayuda. (...) Los árabes que pese al alto riesgo se juegan por la libertad deberían poder confiar en nosotros y no sentirse abandonados."

No intromisión

El matutino Politiken, de Copenhague, apunta: "La consigna concreta debe ser no entrometerse. Naturalmente que Siria debe desistir de su control sobre el Líbano. Pero no sería de ayuda para los libaneses que iraníes, sauditas, estadounidenses o israelíes y palestinos intentaran manipular la situación en el espacio vacío que consecuentemente dejaría Damasco. (...) Desgraciadamente, el Líbano carece de un gobierno fuerte. Pero el esperanzador mensaje de Beirut es que los libaneses prefieren la democracia al sometimiento y la democracia a la opresión."

El declive de Damasco

El País, de Madrid, comenta: "Está por verse si estos acontecimientos, vertiginosos para un país teledirigido, confirman un giro estratégico en Oriente Próximo querido por Washington y al que también apuntarían elementos como las elecciones iraquíes, el incipiente armisticio palestino-israelí o el vago anuncio egipcio de reformas democratizadoras. Resultaría simplista, en cualquier caso, identificar lo ocurrido estas dos semanas en Beirut con un triunfo de la democracia. Líbano es un país faccional y complejo, en el que los factores religiosos y étnicos resultan decisivos y donde la mano de Siria no aflojará fácilmente. (...) Es muy improbable que el presidente Bush, encenagado en Irak y sin pretextos probados de envergadura, se embarque en una acción armada para provocar un cambio de régimen en Damasco. Pero la espoleta de Líbano sugiere el declive del largo y oscuro ciclo manipulador de Siria en el conjunto de una región en la que, por otra parte, no hay inocentes."

La "revolución de los cedros"

El Salzburger Nachrichten, de Salzburgo, plantea: "Las réplicas políticas indican que en Líbano ha sucedido algo inusitado: por primera vez una manifestación pacífica ha forzado a dimitir a un gobierno árabe. Millones de personas de la región pudieron ver por televisión las imágenes de este levantamiento popular, porque en la era de los satélites, incluso los autocráticos gobernantes árabes han perdido su poder absoluto sobre los medios de comunicación. Por eso, la 'revolución de los cedros' podría estimular a los ciudadanos de otros países a alzarse. El 'people power' pone a templar a los autócratas de Arabia. Es algo nuevo en el escenario político. El régimen de Damasco está acorralado. Los libaneses llamaron en su día a los sirios para que pusieran orden en su país, desgarrado por la guerra civil. Pero ya están hartos de permanecer bajo la égida siria. Ya no quieren ser vasallos y demandan la retirada de los ocupantes."