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¿Podemos detener a las especies invasoras comiéndolas?

Amanda Coulson-Drasner
26 de junio de 2024

Introducidas en ecosistemas a los que no pertenecen de forma natural, especies invasoras de plantas y animales pueden llegar a extenderse sin control. ¿Qué papel puede desempeñar el consumo para frenar su propagación?

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Imagen de un cerdo salvaje en un estanque.
Se calcula que en Estados Unidos hay unos seis millones de cerdos salvajes. Imagen: Larry Ditto/Avalon/IMAGO

De pie en la cocina del restaurante Dai Due, en la ciudad estadounidense de Austin (Texas), el fuerte olor a carne de cerdo cocinada me golpea la nariz. Soy vegana y el cerdo fue la primera carne que dejé de comer, hace más de una década. Pero aquí estoy, a punto de probarla. No obstante, sé que la carne que voy a comer no es de cerdo cualquiera. Es de un cerdo asilvestrado, uno de los animales invasores más destructivos de Estados Unidos. Y como causan tantos estragos en el medio ambiente, se considera que están mejor muertos que vivos.  

El copropietario y chef de Dai Due, Jesse Griffiths, incluye a menudo cerdos asilvestrados en su menú.

"Si tenemos que decir qué carne es la mejor que podemos consumir, no me detendría ni un segundo. Está aquí mismo". 

¿Por qué hay problemas con los cerdos salvajes? 

Los cerdos salvajes (en inglés, "feral hogs") no son autóctonos de EE. UU, sino que son el resultado del cruce entre cerdos domésticos traídos por los colonizadores europeos y jabalíes. Se reproducen al mismo ritmo que los cerdos domésticos y su número ha crecido exponencialmente hasta alcanzar unos seis millones en todo el país, la mitad de ellos en Texas.

El aumento de la superficie dedicada a cultivos ha hecho que estos cerdos tengan más oportunidades de alimentarse y refugiarse. Se comen los cultivos, matan a los animales de granja y causan daños materiales. Según John M. Tomeček, biólogo especializado en fauna salvaje de la Universidad A&M de Texas, estos animales causan "más de 500 millones de dólares (461 millones de euros) en daños" al año. 

El daño ambiental es mucho más difícil de cuantificar, pero incluye semillas de árboles autóctonos, huevos de las aves y tortugas locales. También dañan los suelos al desenterrar su comida y contaminan los cursos de agua con sus excrementos. En otras partes del país pueden ser cazados por osos y ocasionalmente por pumas. En Texas, sin embargo, no tienen depredadores.

Imagen de la periodista Amanda Coulson y el chef Jesse Griffiths.
Restaurantes como el Dai Due en Austin usan carne de cerdo salvaje en su menú.Imagen: Ryan Dowling

Especies invasoras en el mundo

Cuando una especie no autóctona se instala en un nuevo hábitat, si no hay nada que la mantenga a raya, puede ser increíblemente difícil controlar su propagación. Así mismo ha sucedido con el pez león, originario de los océanos Pacífico Sur e Índico, pero que se está apoderando del Caribe y el Mediterráneo, o los misteriosos caracoles chinos, originarios de Asia, que están causando problemas en Canadá y Estados Unidos.

Según la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), las especies invasoras han desempeñado un papel clave en el 60% de las extinciones de plantas y animales a nivel mundial.

Morelia Camacho-Cervantes, bióloga y directora del laboratorio de especies invasoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que la mejor manera de evitar que las plantas y animales no nativos se apoderen de la población es impedir que se establezcan. 

"Una vez que han llegado a donde no pertenecen, habría que erradicarlas con bastante rapidez", señala. "Y con erradicar me refiero a matar".

De los campos y los océanos a la cocina

Para algunos, el hecho de poder comer una especie invasora hace más llevadero el matarla. En el Caribe mexicano, por ejemplo, la posibilidad de comer el pez león ha animado a la población a participar en su eliminación. 

El número de jabalíes en Texas aún no está bajo control y, dada la rapidez con la que pueden reproducirse, Griffiths no ve que eso vaya a ocurrir. Sin embargo, una de las ventajas de comer estos cerdos es que al menos se consume menos carne procedente de "un sistema industrial roto".

¿Matar y comer? ¿Cómo protegerse de las especies invasoras?

(aag/ers)