Phillip Morris: ¿borrón y cuenta nueva?

Según el acuerdo firmado hoy entre Phillip Morris Internacional (PMI) y la Unión Europea el primero se compromete a pagar, en un lapso de 12 años, 1250 millones de dólares a la UE. Ésta, por su parte, se compromete a no proseguir el litigio iniciado en 2001 en un Tribunal de Nueva York por el que acusaba a PMI -así como a R.J.Reynolds y Japan Tobacco- de contrabando de cigarrillos. Los 10 demandantes son Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal. “Cada uno puede tener su particular opinión del pasado. Pero este acuerdo es para pasar página y mirar al futuro”, declaró André Calantzopoulous, presidente de PMI.

Curiosidades del acuerdo

Curioso en este “hito en la lucha contra el contrabando y la falsificación de cigarrillos” -como lo catalogó la comisaria europea de Presupuestos, Michaele Schreyer- resultan varios puntos. Lo primero que llama la atención es que la tabacalera más grande del mundo se compromete a pagar “aproximadamente” esa suma, pues en realidad está sujeta a la cantidad de cigarrillos que coloque, legalmente, PMI en el mercado europeo. Lo segundo curioso es que ninguna de las partes definió este pago como una compensación por las pérdidas sufridas debido al contrabando de cigarrillos, supuestamente patrocinado por PMI. Ahora resulta que ya no es el contrabando el mayor problema en el mercado tabacalero, sino la falsificación de cigarrillos, por la que ahora es Phillip Morris la víctima de pérdidas millonarias.

La punta del ovillo

Después de que en junio de 2000, las aduanas alemanas en cooperación con algunas de sus homólogas vecinas incautaran 50 millones de cigarrillos escondidos en latas de chucrut y aceitunas, los 22 implicados que fueron detenidos confesaron haber pasado ilegalmente en un año 224 millones de cigarrillos desde Letonia, a través de Alemania, hasta Inglaterra. Los organizadores están en el paraíso fiscal y aduanero de Suiza y dirigen empresas fantasmas en Chipre y Lichtenstein. Lo peor de todo es que la compra de los cigarrillos se había hecho directamente en la Imperial inglesa, una filial de la British American Tobacco. Es decir, la implicación directa de ésta resulta más que evidente.

Y esto es sólo un ejemplo. Las investigaciones revelaron que la mayor parte de la producción europea de las grandes tabacaleras norteamericanas, la de PMI también, estaba destinada al mercado negro. Allí una cajetilla de Marlboro cuesta 50 centavos, mientras que en el mercado europeo regular –con todas las etiquetas y los gravámenes de ley- su precio oscila entre los 2,50 y 3 dólares. Uno de los caminos de la venta ilegal de cigarrillos comienza, por ejemplo, en el puerto de Amberes y su destino final puede ser Marruecos o Moscú. En el medio hay varias escalas en las que intervienen diversos intermediarios que se encargan de la distribución ilegal de la mercancía.

Detalles del acuerdo

Según el acuerdo firmado hoy, y en el cual no se hace mención a los testimonios recogidos, la productora de Marlboro y otras marcas se compromete a la inserción de códigos de barras en los paquetes de tabaco para su seguimiento y localización. PMI se compromete también a limitar sus ventas a unos volúmenes proporcionales a la demanda del mercado europeo. Por su parte, la UE se compromete a redoblar esfuerzos en la lucha contra la falsificación de cigarrillos de PMI. Además, PMI realizará pagos suplementarios a estos diez Estados -y a los que a partir de ahora se sumen al acuerdo- si en el futuro vuelven a incautarse en la UE cantidades significativas de cigarrillos de contrabando de la multinacional independientemente de que “exista culpa o conducta ilegal” de la tabacalera.

Conviene pasar la página

Aunque el destino final de este dinero no está decidido, mucho indica que a los países demandantes les parece una indemnización adecuada, teniendo sobre todo en cuenta que lo aceptan a cambio de una gran promesa de mejor comportamiento. Para Phillip Morris, probablemente, será en todo caso más barato desembolsar un par de cientos de millones y prometer comportarse “bien” a que la comprobación de los hechos la lleve al banquillo.