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Parque zoológico del sonido

Gabriel González27 de octubre de 2003

En Sevilla se celebró entre el 22 y el 26 de octubre el festival de música del mundo ‘Womex’. La diversidad de sonidos presentes no pudo ocultar, sin embargo, la crisis de identidad en la que se encuentra este género.

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Raperos árabes en Israel.Imagen: AP

¿De qué hablamos? ¿De música ‘globalizada’ o simplemente del deseo de una clase media europea de escuchar música políticamente correcta y no ‘corrompida’ por el pop anglosajón? ¿Funciona el mercado “World Music” como un Mc Donald’s de lo exótico, que revuelve en un sólo potaje los más diversos estilos musicales e identidades culturales? Estas son sólo algunas de las preguntas que dominaron en el festival Womex de este año.

Chinesische Punks
Punks en ChinaImagen: AP

Womex, el principal punto de contacto mundial dedicado exclusivamente a todas las músicas del mundo, de raíz, de folk, étnicas, tradicionales, de diáspora y de todo de lo que se suele pensar: “Que música más rara. ¿Y de qué parte del mundo es esto?”

En esta feria de música étnica, considerada la más importante del mundo, se encontraron en esta edición más de 400 profesionales de España y América Latina. El número de expositores, entre ellos productores, distribuidores, editores, discográficas, agencias de contratación y organizaciones de intercambio cultural, ha incrementado en más de un 20 por ciento en relación con el Womex del año pasado, celebrado en Alemania. Sin embargo, no todo es tan satisfactorio como las cifras de los expositores.

4 metros de música del mundo, por favor

Algunos sospechan que la música del mundo está fuera de moda. “En Alemania por ejemplo, el género World Music ocupó hace pocos años hasta 4 metros en las estanterías de las tiendas de discos. Ahora ya es sólo un metro”, dice Matthias Möbius del pequeño sello especializado ‘Danza y Movimiento’ en Hamburgo. Muchas de las tiendas especializadas en música del mundo se vieron obligadas a cerrar sus puertas, como en Berlín y en Colonia.

Musikfestival in Marokko
Música tradicional en Marruecos.Imagen: AP

Sin embargo, no se puede constatar –por lo menos en Alemania- un creciente desinterés por la música del mundo, como sospecha Matthias Möbius. Es al revés. Antes eran los especialistas los que dominaban el mercado de la música del mundo. El fan, en búsqueda de música de otras latitudes, forzosamente tenía que llamar a uno de estos importadores especializados o pasar por una de sus tiendas.

Hoy en día, tras los éxitos globales de grupos y artistas como Buena Vista Social Club, Shakira y otros, los grandes sellos ampliaron su repertorio y marginaron a los pequeños importadores. Ahora son los “grandes” los que ocupan los “3 metros” en las mayores disquerías que les faltan a Matthias Möbius y sus colegas pioneros de este tipo de música.

La música como monumento nacional

Otro problema con el que luchan los tradicionalistas de este género se encuentra matizado en el catálogo del Womex: “Las tradiciones musicales no tienen menos valor que los bosques tropicales, los animales en peligro de extinción o edificios bellos. Constituyen un factor elemental para la preservación de los idiomas y las culturas en tiempos de la globalización.”

Lamentablemente, algunos puristas de este género sigan postulando una incompatibilidad entre música del mundo y la globalización. Mientras sigan tratando de preservar lo que ellos entienden como la música “pura” y no contaminada por influencias negativas del exterior, seguirían en su nicho folclórico, marginados por el avance del mestizaje en la música del mundo y quejándose de la falta de metros de venta en las tiendas de discos.