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COVID-19: la Organización Mundial de Salud en modo crisis

Uta Steinwehr
18 de mayo de 2020

La asamblea anual de la OMS empieza, de forma virtual, en medio de fuertes críticas por su manejo de la pandemia. Al mismo tiempo tiene que luchar contra otros problemas. Pero la crisis también es una oportunidad.

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Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud. Imagen: picture-alliance/dpa/P. Gonchar

La Organización Mundial de la Salud (OMS), que celebra este lunes (18.05.2020) su asamblea de manera virtual, redujo su reunión anual a dos días. En los últimos años, esta se realizaba de seis a diez días seguidos. Además de algunas decisiones burocráticas, solo hay un tema en la agenda: COVID-19.

Hasta el momento, es difícil evaluar si la atención prestada a la propagación de la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 dará lugar a que otros problemas de salud mundiales queden realmente rezagados en la OMS. Esto es aún más temible si, según se anunció hace un mes, Estados Unidos deja de pagar sus contribuciones a la OMS. En el presupuesto bienal de 2018 y 2019, EE.UU. aportó más del 14% del presupuesto con sus cuotas y contribuciones voluntarias.

Sistema de alerta temprana en peligro

Suerie Moon, codirectora del Centro de Salud Mundial del Instituto de Altos Estudios de Ginebra, utiliza un ejemplo para ilustrar las consecuencias que esto podría tener: Uno de los temas centrales en EE.UU. es la lucha contra la poliomielitis. Washington apoya esta área con contribuciones voluntarias. Si se interrumpen, Moon cree que tendrá un impacto negativo, por ejemplo, en proyectos en los que la gente va de puerta en puerta para vacunar a los niños contra la polio: "Este sistema de vigilancia de la poliomielitis también se utiliza para detectar brotes de otras enfermedades infecciosas". Incluyendo los casos de COVID-19, por lo que Moon considera "extremadamente cegado" suspender las contribuciones en medio de una situación absolutamente excepcional.

Sin embargo, explica la especialista, todavía no está claro qué significa específicamente el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump: ¿EE.UU. ya no quieren pagar la cuota fija, que se calcula sobre la base de los resultados económicos y el tamaño de la población? ¿Quieren cancelar las contribuciones voluntarias que, después de todo, recientemente representaron alrededor del 75 por ciento de los pagos de EE.UU.? ¿Y a partir de cuándo se aplicará?

El fin de semana pasado, EE.UU. retrocedió un poco. La televisora "Fox News" informó sobre un primer borrador de carta, según el cual el Gobierno de EE.UU. acuerda pagar tanto como China, que tiene una cuota fija. Esto asciende, en 2020, a 57,4 millones de dólares de parte de EE.UU. (En 2019 fueron 37,9 millones de dólares).

Trump informó poco después en Twitter que uno de sus planes era pagar el 10 por ciento de los pagos anteriores. Y teniendo en cuenta la contribución de Estados Unidos para 2018 y 2019, esta correspondería a aproximadamente 44,7 millones de dólares anuales.

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El hecho es que hasta el pasado 30 de abril ni China ni EE.UU. habían pagado sus cuotas para el año 2020, aunque estas se debían pagar el 1 de enero. Sin embargo, esto es bastante común y uno de los mayores obstáculos para la organización. Alemania, por ejemplo, solo ha pagado la mitad. A diferencia de China, sin embargo, EE.UU. también está atrasado con antiguas contribuciones.

Pero, ¿por qué Washington están cediendo nuevamente? Suerie Moon sospecha que EE.UU. ha perdido influencia en el ámbito internacional debido a sus duras críticas a la OMS y que se les está tomando "menos en serio": "¿Por qué otros países deberían escuchar a EE.UU. cuando señala que no tiene interés en el trabajo multilateral?

La piedra en el camino

Estados Unidos, personificada por Donald Trump, afirma que la OMS es demasiado amable con China y demasiado crítica con Estados Unidos, que China tiene demasiada influencia en la organización y que la OMS reaccionó demasiado tarde ante la pandemia. Al comienzo, el propio Trump había minimizado la escala de la pandemia y el peligro que representaba COVID-19.

Moon considera injustificables las críticas sobre el comportamiento de la OMS hacia China durante la pandemia. La experta en salud mundial enfatiza que la OMS tuvo que actuar con mucha cautela, ya que el tema es políticamente muy delicado para el país asiático: "La tarea más importante era asegurar que el Gobierno chino estuviera dispuesto a cooperar para que éste compartiera la mayor cantidad de información posible". No es una coincidencia que China no concediera acceso a un equipo de expertos de Estados Unidos, sino que fue la primera en permitir que un equipo de la OMS entre al país a mediados de febrero.

Sin embargo, hay voces críticas. Para Thomas des Garets Geddes, investigador del centro de estudios MERICS, el aspecto diplomático no justifica que el director de la OMS haya calificado de muy positiva la respuesta de China frente a la pandemia: "Un elogio tan excesivo y tal vez engañoso era innecesario y erróneo", dijo Geddes en una entrevista con DW.

Depende del favor de los donantes

Para Moon, esto revela un problema fundamental de la OMS: "La organización no puede arriesgarse a molestar a sus donantes. No está en posición de expresar críticas tan fuertes como debería hacerlo a veces".

La pandemia es una llamada de atención para el mundo: "Muestra la enorme amenaza que supone un virus, el peligro para la seguridad y la economía. Ha sacudido a la gente y muestra lo importante que es tener una organización que sea confiable, estable, respaldada y tenga suficiente espacio político para criticar cuando sea necesario", agrega.

Hasta hace unos meses, Moon pensaba que la relación de la OMS con los países en desarrollo es diferente de la que tiene con los países más ricos, porque los primeros necesitan más apoyo y la OMS puede aportar experiencia: "A menudo escucho que las directrices de la OMS son llamadas 'La Biblia' en los países en desarrollo”.

La situación actual muestra que la OMS también es importante para los países más ricos, no sólo por las normas sanitarias internacionales vinculantes. "Cada país depende de la información proporcionada por la OMS. Eso incluye a los países ricos, eso incluye a Estados Unidos". Moon espera que dentro de algún tiempo se discuta más seriamente de reformas en las áreas de la financiación o el derecho internacional para que la OMS pueda ayudar mejor al mundo a hacer frente a amenazas como la pandemia de COVID 19.

(ct/jov)

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