¿El fin de las tarjetas con chip?

Las operaciones de pago a través de dispositivos móviles están en la mira de los estrategas del marketing desde hace años. El negocio está en auge: casi 50 mil millones de dólares fluyeron en todo el mundo por intermedio de las teclas de teléfonos celulares en 2010. En 2011, la cifra se elevó a más del doble. Y hasta las estimaciones más conservadoras de la firma estadounidense de investigación del mercado de tecnologías, Gartner, pronostican un nuevo crecimiento para este año, hasta más de 170 mil millones de dólares.

Auge en los países en desarrollo

Entre las diversas tecnologías disponibles en el mercado, el pago vía SMS ocupa actualmente el número uno en la preferencia de los usuarios. Las mayores sumas se transfieren de esta manera en África, Medio Oriente y Asia, donde el empleo de teléfonos móviles está relativamente extendido, pero no abundan las sucursales bancarias. Especialmente bien marcha el negocio con las transferencias de dinero vía SMS en Kenya y Filipinas.

Sin embargo, esta especie de “fiebre” por el nuevo método de pago no acaba de cuajar. En América del Norte y Europa el negocio se ha estancado, puesto que pagar usando el teléfono móvil es, en estas regiones, sólo una posibilidad entre muchas otras. Ni las tarjetas de débito, ni las de crédito, ni los servicios bancarios en línea han logrado convertir el dinero en efectivo en una reliquia del pasado. No obstante, Volker Briegleb de la revista de informática c't está complemente seguro: "En los pagos móviles, ahí es donde está el futuro".

Sin punto de giro en Occidente

Entretanto, ha aparecido incluso la tecnología más apropiada para satisfacer al más escéptico de los clientes potenciales, o al menos así la promocionan sus defensores: "NFC", Near Field Communication. Primero Google y luego también Microsoft se han sumado ya a la carrera por la introducción a gran escala de este método de pago, al otro lado del Atlántico. Así que ahora la alemana Telekom, en cooperación con la compañía de tarjetas de crédito MasterCard, quiere impulsar el fenómeno en Alemania y en Europa.

NFC funciona incluso de forma más sencilla que el procedimiento vía SMS. En el teléfono móvil se hayan guardados todos los datos bancarios –números de cuentas, datos de las tarjetas de débito y crédito para las que hasta momento se usan diferentes tarjetas con chip, entre otros. Este concepto se conoce como "mobile wallet", o sea, "billetera móvil". En la caja, el usuario debe proveer una clave de seguridad, seleccionar desde qué cuenta quiere pagar y pasar el teléfono frente al lector electrónico. Eso es todo. Los importes inferiores a 25 euros serán descontados directamente. Para disponer de mayores cantidades será necesario introducir una segunda clave de seguridad.

¿Seguridad garantizada?

El robo de datos y todo tipo de estafas o fraudes cibernéticos están descartados, asegura Peter Vesco, que gestiona el departamento de pagos de la Deutsche Telekom: "De acuerdo con el estado actual del conocimiento, esta tecnología es tan segura como una tarjeta de pago con chip". ¿Y si la "billetera móvil" –o sea, el teléfono- se pierde? Entonces no habrá que comunicarse vía telefónica con todas las instituciones financieras, basta una llamada telefónica a Telekom y todas las tarjetas quedarán bloqueadas a la vez.

Con estos argumentos, así como con los resultados de la primeras pruebas sobre el terreno, se pretende convencer a cada vez más usuarios. El ferrocarril alemán ya ha tenido buenas experiencias con la tecnología NFC en los últimos meses. También la han probado las cajas de ahorros. Y MasterCard ha puesto ya en circulación los primeros lectores NFC de Alemania; primero, en algunas estaciones de gasolina y luego en una cadena de restaurantes, así como en las sucursales de una empresa minorista.

NFC, a paso de tortuga

La extensión generalizada de esta tecnología requiere tiempo, advierte Briegleb. "Cada uno esperará por los otros. El negocio sólo crecerá cuando haya suficientes teléfonos celulares en manos de los consumidores. Pero el consumidor no verá la razón para adquirir un teléfono con tecnología NFC, mientras no tenga posibilidades de emplearlo. Por último, tampoco los fabricantes verán la razón para construir estos teléfonos", dice el redactor de c't. La firma de investigación de mercados Gartner, por lo tanto, solo pronostica un avance mundial de este sistema de pago, como mínimo, a partir de 2015.

Se requiere de un impulso inicial, piensan en la Deutsche Telekom. Y como solo una pequeña parte de los teléfonos móviles actuales cuentan con una tarjeta de memoria NFC, la empresa adjunta un soporte al resto de los modelos disponibles: una especie de memoria externa en forma de pegatina, una "tecnología puente", explica Peter Vesco.

Solución provisional

Como las pegatinas funcionan de forma independiente al teléfono, podrían igualmente adjuntarse a la billetera o al estuche de las llaves. Pero Vesco aconseja usar el teléfono, pues, "según nuestras encuestas, el 80 por ciento de las personas llevan siempre su móvil consigo". Además, es la mejor manera de irse acostumbrando a sacar el móvil, en lugar de la “billetera analógica” a la hora de pagar.

La "barrera psicológica" frente a esta nueva tecnología puede ser muy grande entre los consumidores alemanes, extremadamente celosos con temas como la protección de datos, acepta Volker Briegleb. No obstante, las grandes empresas están presionando con fuerza en el mercado de pagos móviles. "Parece ser lo suficientemente interesante como para que gigantes como Google, Microsoft y Deutsche Telekom apuesten por él", sugiere el periodista. Y es que, incluso con tasas muy bajas por cada transferencia, el negocio será jugoso si la masa se suma.

Autor: Klaus Dahmann / RML

Editor: Enrique López Magallón