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Otra batalla transatlántica

24 de febrero de 2004

La Unión Europea obtuvo autorización de la OMC para aplicar sanciones contra Estados Unidos por las ventajas tributarias que éste concede a sus exportadores, mientras se prepara para otro round comercial de fondo.

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El comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, en sintonía con la OMC.Imagen: AP

Sobre el horizonte comercial transatlántico se alzan oscuros nubarrones. Todo indica que la tormenta se desatará el 1 de marzo, cuando entre en vigor un catálogo de sanciones acordadas por la Unión Europea (UE) hace ya un año contra Estados Unidos, por su práctica de permitir a las empresas efectuar ventas al exterior a través de las llamadas Foreing Sales Corporation (FSC). Dichas corporaciones pueden operar en los llamados "paraísos tributarios", de manera que las empresas en cuestión ahorran hasta un 30% en impuestos. Y eso equivale, según los europeos, a una ayuda desleal para los exportadores.

Ley obsoleta

No es el único punto en que la Unión Europea cuenta con la venia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para batírselas con los estadounidenses en el plano comercial. Los árbitros del organismo internacional también acaban de concederle la razón en otra vieja disputa: la pugna por una ley estadounidense anti-dumping, que data de 1916. La norma, considerada por largo tiempo obsoleta pero luego aplicada, permite a las empresas norteamericanas demandar indemnizaciones de firmas extranjeras que vendan productos a precio de dumping en el mercado estadounidense. Las reglas comerciales internacionales contemplan, sin embargo, que se ponga coto a tales prácticas mediante aranceles a la importación.

El comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, aplaudió el veredicto, calificándolo de "una bienvenida confirmación de que la OMC es un sistema que funciona en base a reglas y sus miembros no pueden ignorar impunemente sus compromisos". En este caso, el comisario manifestó la esperanza de que el Congreso estadounidense actúe con rapidez, haciendo innecesaria la aplicación de sanciones.

La batalla que se avecina

Menores son, en cambio, las esperanzas de que el Capitolio de marcha atrás en lo tocante a las "facilidades tributarias" de que gozan diversas empresas estadounidenses. Pese al dictamen de la OMC, favorable a la queja europea sobre el particular, tales prácticas no han cesado. Y es probable que tampoco lo hagan de aquí al 1 de marzo, fecha prevista para la entrada automática en vigor de una serie de medidas punitivas resueltas por la UE.

De acuerdo con la OMC, podrían establecerse aranceles de castigo por un monto de hasta 4.000 millones de dólares. Los europeos se proponen ir apretando las clavijas de a poco, es decir, ir subiendo paulatinamente los impuestos aduaneros para una larga lista de productos estadounidenses, que abarca desde lácteos hasta máquinas, pasando por cereales y textiles. Pascal Lamy asegura que no quiere emprender una guerra comercial, pero pocos creen que, negociando en Washington, consiga detener la maquinaria bélica en el último minuto.