Nueva estructura de seguridad
7 de junio de 2002
"Sin duda, la Casa Blanca pretende atenuar la polémica sobre los fiascos de los servicios secretos que, pese a muchos indicios, no estuvieron en condiciones de evitar los atentados contra las torres gemelas y el Pentágono. Pero, en esta fase, los demócratas no tienen interés alguno en parecer poco patriotas. Por el contrario: en el partido de Bill Clinton y Al Gore se propaga una escuela de pensamiento que implica una evolución del pacifismo hacia la "belicosidad". Si se impone, adelantarían a Bush por el flanco derecho y tomarían las riendas de la estrategia anti-Irak, tomando como ejemplo la política intervencionista de Franklyn Roosevelt, Harry Truman y John Kennedy".
Control de fronteras
El periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung, considera que las ideas del gobierno de Bush sobre control de fronteras albergan dinamita política "no tanto por su dureza, sino porque pone bajo sospecha general a todos los visitantes del país. Apunta directamente contra los musulmanes. Huellas dactilares y fotos de todos aquellos que usen pañuelos en la cabeza o barbas largas y pretendan entrar a Estados Unidos – ello contradice las declaraciones de presidente, según las cuales el enemigo es el terrorismo y no el Islám. Aun así, la comisaria de Derechos Humanos de la ONU, Mary Robinson, exagera al reprochar una "erosión de las libertades" en Estados Unidos. A más tardar cuando los organismos de seguridad se ahoguen en los datos que almacenen sobre los visitantes, el péndulo volverá a apuntar en dirección a la normalidad".
Comicios en Francia
En cuanto a las elecciones parlamentarias francesas, el diario suprarregional alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung dedica un comentario al ultraderechista Frente Nacional. "Ignorar, marginar, boicotear"- otra cosa no se les ha ocurrido a los partidos de gobierno para sofocar a Le Pen. La izquierda, cuyas tendencias autodestructivas contribuyeron en no poca medida su éxito en las elecciones presidenciales, han caído con toda seriedad en la tentación de pensar en prohibir el Frente Nacional. Pero la única beneficiada sería la extrema derecha. El hecho de que hoy en día el programa de Le Pen le agrade a uno de cada cuatro franceses, es una sonora señal de alarma; no sólo da cuenta de su atractivo sino, sobre todo, es un veredicto sobre el gobierno de los partidos de derecha e izquierda".