Nos vemos en Londres
15 de noviembre de 2003
Decenas de miles de críticos de la globalización desfilaron bajo una multitud de banderas y lemas diferentes en una gran manifestación que puso fin, en París, a una semana de debates de los críticos de la globalización en el II Foro Social Europeo (FSE). Según los organizadores más de 100.000 personas acudieron a la cita.
El lema 'Por una Europa de los derechos en un mundo sin guerra', no refleja la diversidad de sensibilidades, que se reunirán el año entrante nuevamente , esta vez en Londres, según se dio a conocer.
Demasiadas tendencias
No hubo conclusiones comunes, pero en el II Foro Social queda comprobada una vez más la gran movilización de los críticos de la globalización, aunque resulta un poco difícil resumir la multitud de iniciativas de los grupos que acudieron al FSE y que van desde nacionalistas, internacionalistas, comunistas, trotskistas, socialistas, ecologistas, sindicalistas, homosexuales, feministas, pacifistas, por nombrar sólo algunos.
Ciudadanía europea por residencia
Nexo de unión fue la oposición al capitalismo liberal, el no a la guerra y a la 'ocupación' de Irak, y la solidaridad con el pueblo palestino. La futura Constitución Europea, en la forma en la que se está debatiendo en la actualidad, tampoco quedó a salvo de las críticas.
El Foro Social Europeo (FSE) criticó la 'fortaleza' en la que se ha convertido Europa y abogó por que en la futura Constitución se incluya la 'ciudadanía europea por residencia'. El presidente de la Asociación Europea de Derechos Humanos (FIDH-EA), Dan Van Raemdonck, anunció el lanzamiento de la iniciativa 'la petición del millón' para obtener el mayor número posible de firmas que avalen la inclusión de los 'residentes europeos' en la próxima Constitución.
15 millones de ilegales
El texto que se quiere incluir en la Carta Magna Europea afirma que 'toda persona residente en un territorio de un Estado miembro o con la nacionalidad de un Estado miembro posee a su vez la ciudadanía de la Unión Europea'.
El actual proyecto de Constitución estipula que poseen la ciudadanía de la UE las personas con la nacionalidad de un Estado miembro, lo que excluye a 15 millones de personas ciudadanos de terceros países, según cifras presentadas por Van Raendonck.