No hay visa para Roth
26 de septiembre de 2003
El ministerio alemán de Asuntos Exteriores declaró sentirse muy decepcionado porque las autoridades cubanas negaron el visado de entrada a la isla a la responsable de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Gobierno alemán, Claudia Roth, del partido Verde. Se trataba de una visita para interesarse personalmente por la suerte de los miembros de la oposición detenidos en abril.
Los antecedentes primaverales
A 20 años de cárcel fueron condenados los 75 opositores detenidos, ante lo cual la Unión Europea reaccionó, exhortando a un restablecimiento de los derechos humanos fundamentales en la isla caribeña. A las iracundas reacciones de La Habana siguió un acuerdo en el pleno de UE de cesar las relaciones sociales y culturales con Cuba hasta que la situación de los derechos democráticos haya cambiado. En septiembre se produjo la negativa de Alemania a participar en la Feria del Libro en La Habana en 2004, a la que Cuba replicó negándose a participar en la Feria del Libro de Fráncfort en 2003.
Evidente falta de interés
'El Gobierno cubano nos acaba de comunicar que, por el momento, no tiene ningún interés en esta visita', reza el comunicado que emitió Exteriores después de que le negaran la entrada a Roth. Y añade que sigue echando en falta señales positivas en dirección al diálogo. De auto aislamiento calificó Exteriores este nuevo desmán del Gobierno de la Isla, y lamentó que el principal afectado sea el pueblo.
Uno, no toda la UE
Este último incidente sólo echa leña al fuego de la tensa situación existente entre ambos países en concreto, y entre Cuba y la Unión Europea. A ello se suman las recientes declaraciones hechas por el presidente español José María Aznar ante un grupo de cubanos de exiliados en Miami, a quienes planteó la necesidad de una transición hacia la democracia en el país caribeño. En las filas anti-castristas de Miami esto fue recibido con tanto beneplácito que lo nombraron "El español del año".
Cabe aclarar, que la Unión Europea ha condenado permanentemente tanto la situación de derechos humanos como el embargo económico en que está sumida Cuba desde hace décadas, que sí aprueban los exiliados de la Florida.