No es gracioso: cómo la sátira puede destrozar reputaciones
18 de febrero de 2025¿La sátira en Internet contra Taylor Swift "abrió las puertas” para que fuera abucheada en el Super Bowl? Es una posibilidad, según los investigadores de un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Experimental Psychology sobre el papel de la sátira en la formación de opiniones públicas negativas.
Sólo unos meses antes del incidente, los fans estaban dispuestos a gastarse cientos de dólares para ver a Swift actuar. Pero cuando apareció en pantalla en el Super Bowl, fue recibida con abucheos. Hay varias explicaciones posibles, la más obvia es que el novio de Swift, Travis Kelce, jugaba en el partido con los Kansas City Chiefs, lo que la convirtió en blanco fácil de la ira de los aficionados rivales.
Otro aspecto es que el partido se disputaba en Luisiana, un estado republicano, donde su apoyo a los candidatos demócratas podría haber alimentado reacciones negativas. Desde que declaró su apoyo a Joe Biden en 2020 y a Kamala Harris en 2024, Swift ha sido blanco del sarcasmo y las teorías conspirativas. Los influencers de derecha la han tildado de todo, desde "marioneta política" hasta "agente secreta" de la administración Biden.
La ironía puede ir demasiado lejos
El coautor del estudio, Hooria Jazaieri, de la Universidad de Santa Clara (EE.UU.), explica a DW que, a diferencia de las críticas a las acciones o declaraciones concretas de alguien, la sátira distorsiona su objetivo, deshumanizándolo hasta convertirlo en una caricatura. "La mayoría de la gente piensa que la sátira es simplemente humorística y juguetona, pero la deshumanización existe en un espectro y puede incluir cosas como olvidar que los demás tienen emociones y sentimientos”, destaca Jazaieri.
Para saber si la sátira puede causar más daño a la reputación que la crítica directa, a pesar de su carácter humorístico, Jazaieri y su colaborador Derek Rucker, de la Universidad Northwestern (EE.UU.), realizaron seis experimentos con más de 4.000 participantes que vieron videos y memes satíricos o críticos. Los resultados corroboraron la hipótesis de que la sátira, al reducir a las personas a caricaturas, puede dañar la reputación de forma más significativa que la crítica directa.
¿Cuándo deja de ser divertida la sátira?
Aunque a veces la sátira se adentra en terrenos perniciosos, también puede ser una poderosa herramienta de crítica política para denunciar la corrupción y las injusticias sociales. Por ejemplo, las caricaturas de Thomas Nast desempeñaron un papel clave en la caída del corrupto alcalde de Nueva York Boss Tweed en la década de 1870, afirma Paul Lewis, especialista en cultura e historia americanas del Boston College (EE.UU.) y autor de Cracking Up: American Humor in a Time of Conflict.
Del mismo modo, programas como 'The Daily Show' o 'Last Week Tonight' utilizan el humor para poner de relieve las irregularidades del Gobierno, incitando a la reflexión y fomentando el discurso público.
La sátira puede cruzar la línea y convertirse en una forma de acoso cuando la crítica humorística se convierte en ataque denigrante. Algunos estudios demuestran que el humor de acoso puede tener efectos duraderos en la salud mental, especialmente cuando es normalizado por figuras influyentes o por el público. La exposición prolongada a este tipo de ridiculización puede perjudicar a la víctima, provocando depresión, ansiedad y baja autoestima.
La empatía puede ser un antídoto
La investigación de Rucker y Jazaieri sugiere que Swift podría ser objeto de futuros estudios, dada la marcada división entre los "swifties” y los detractores de la artista en Internet.
Rucker y Jazaieri descubrieron en uno de sus experimentos un posible antídoto contra los efectos deshumanizadores de la sátira: imaginar una interacción positiva con el blanco de la sátira puede suavizar las percepciones negativas al devolverles su humanidad. En otras palabras, un momento de empatía -por pequeño que sea- puede ayudar a contrarrestar la deshumanización que la sátira suele alimentar. Sin embargo, también es posible que los abucheos a Swift en el Super Bowl se conviertan en material para más sátiras, creando un bucle de amplificación.
(mn/ms)