No cualquier bolsa da lo mismo
Una bolsa de género o de papel puede reemplazar perfectamente a la bolsa de plástico a la hora de hacer las compras. Aquí les mostramos algunas alternativas menos dañinas para el medio ambiente.
Alternativas al plástico
Un par de manzanas por aquí, una uvas por allá... cuando hacemos las compras, muchas veces recurrimos a las bolsas de plástico, sin pensar. En promedio, cada alemán utiliza 71 bolsas de plástico al año. Pero existen alternativas que son menos perjudiciales para el medio ambiente.
Siglos de duración
Las bolsas comunes desechables están hechas casi en un 100 por ciento de polietileno, un material sitético elaborado a base de petróleo. Estas bolsas no son en absoluto ecológicas: requieren entre 400 y 500 años para desintegrarse por completo. Demasiado tiempo a juicio de la Comisión Europea, que quiere prohibirlas.
Un poco mejor, pero no mucho
Una bolsa de plástico biodegradable consta, en cambio, de un 30 por ciento de petróleo y un 30 por ciento de materiales renovables. Suena bien, pero dichas bolsas solo son parcialmente reciclables. Además, el cultivo de plantas para fabricarlas distrae recursos que podrían dedicarse a otro tipo de agricultura.
Pocas son recicladas
También hay bolsas desechables hechas en un 70 de polietileno reciclado. Su balance ecológico es mejor que el de las otras bolsas de plástico. Sin embargo, en Alemania la mayoría de las bolsas van a parar al tarro de la basura común y corriente y, por lo tanto, no llegan a ser recicladas.
Las apariencias engañan
Las bolsas de papel no son necesariamente mucho mejores que las de material sintético, desde el punto de vista ecológico. La causa: para fabricarlas se requieren fibras de celulosa especialmente largas y resistentes, que primero deben ser tratadas con productos químicos. Su balance ecológico mejora, sin embargo, si las bolsas son de papel reciclado.
Bemoles escondidos
Las bolsas de género son más resistentes y pueden ser utilizadas varias veces, lo que es positivo para resguardar el medio ambiente. No obstante, tienen también sus bemoles: para fabricarlas se necesita más material y energía que para producir una bolsa desechable. Además, se hacen a base de vegetales, cuyo cultivo requiere mucha agua y otros recursos.
Mejores que su fama
Las resistentes bolsas de materiales como polipropileno, poliéster o politerefalato (PET), que pueden ser usadas varias veces, no son peores que las de género. Una bolsa reutilizable de polipropileno que se use en tres ocasiones es ya más ecológica que una bolsa desechable de polietileno.
Bemoles escondidos
Las bolsas de género son más resistentes y pueden ser utilizadas varias veces, lo que es positivo para resguardar el medio ambiente. No obstante, tienen también sus bemoles: para fabricarlas se necesita más material y energía que para producir una bolsa desechable. Además, se hacen a base de vegetales, cuyo cultivo requiere mucha agua y otros recursos.