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Niños: sí al trabajo, no a la explotación

Pablo Kummetz28 de abril de 2004

¿Una niñez protegida? Millones de niños trabajan en todo el mundo para alimentarse y ayudar a sus familias. En Berlín, niños de todo el mundo no exigen la abolición del trabajo infantil, sino que se lo respete.

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Niño vendedor de rosquillas.Imagen: AP

40 grados. El aire seco y polvoriento casi no permite respirar. En la estrecha galería sólo es posible moverse apoyándose con manos y pies en el suelo. Genaro, de 14 años, encuentra fácilmente su camino en el laberinto. Las entrañas de la mina de plata en Bolivia son para él como su segundo hogar. Aquí trabaja desde los ocho años. "Soy lo bastante grande como para ayudar a mis padres y darles un poco de dinero", dice.

Der Zigarettenverkäufer Agbat hat noch nie eine Schule besucht
Niño vendedor de cigarrillos.Imagen: DW-World

Hay muchos niños como Genaro. De acuerdo con estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, en el mundo trabajan unos 250 millones de niños de entre 5 y 17 años de edad. Venden caramelos y cigarrillos en la calle, lustran zapatos, tejen alfombras o labran la tierra, a menudo desde temprano en la mañana hasta el anochecer.

En los países industriales y en las clases media y alta de los países en desarrollo se mantiene a los niños alejados de toda actividad laboral, para que se dediquen a jugar, aprender o a actividades creativas. Entre los menos privilegiados, por el contrario, que son abrumadora mayoría, los niños no tienen otra opción que trabajar para asegurar su supervivencia.

Desde su propia óptica

Indien: Kinderarbeit
Niña trabajando.Imagen: AP

Unos 30 niños de 23 países de América Latina, Asia y África, para los que trabajar es parte de su vida cotidiana, se hallan actualmente reunidos en Berlín (18 de abril al 2 de mayo). De América Latina asisten niños y jóvenes de Colombia, Guatemala, Perú, Paraguay y México. Vinieron a la reunión mundial en Alemania como delegados de los "Movimientos de niños, niñas y adolescentes trabajadores (NAT)" para representar los intereses de sus organizaciones nacionales y regionales.

La conferencia es organizada por la "Iniciativa contra la explotación y el fortalecimiento de los niños trabajadores" (Pronats), la organización ItaliaNats y la alemana FEZ. Numerosas ONG e instituciones ayudaron además a financiar los vuelos y otros costos de la reunión.

Niños y jóvenes han fundado organizaciones en numerosos países en desarrollo, para luchar por sus derechos desde su propia óptica. La mayoría de las organizaciones NAT surgieron con el apoyo de organizaciones humanitarias de adultos y están acompañadas por adultos. No es raro que la iniciativa provenga de los adultos, pero las organizaciones de niños están lideradas por los propios niños y adolescentes, teniendo sus propias estructuras y normas y desarrollando sus propias ideas, reclamos y formas de acción.

Diversas formas de organización

Las organizaciones no siempre están organizadas a escala nacional. En África e India se organizan principalmente por ciudades. A veces se unen también los niños de ciertos "grupos de profesión" (p. ej. limpiadores de zapatos, cargadores).

Todas las NAT hacen referencia a la vigencia universal de los derechos humanos, especialmente los derechos establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (1989). Las NAT han reformulado esos derechos en el lenguaje de los niños, los han concretizado en relación con su la propia situación y los han complementado con nuevos derechos.

Doce derechos

Doce derechos conforman el núcleo de los reclamos de los NAT: a aprender un oficio, a no tener que emigrar, a la seguridad en el trabajo, a un trabajo adaptado a la edad y capacidades de cada uno, a la asistencia judicial y a la justicia, a ser escuchado, a ser respetado, a la asistencia médica, a la salud, a aprender a leer y escribir, a jugar y divertirse y a articularse y organizarse.

No todas las NAT reclaman, con relación a la contribución económica de los niños a la sociedad, el "derecho a trabajar", pero todos coinciden que su trabajo ya no puede ser despreciado ni discriminado sino que debe ser reconocido socialmente. En otras palabras: sí, al trabajo, no a la explotación.

Cuando se ve el trabajo infantil sólo desde el aspecto de sus efectos dañinos, prohibiéndolo e intentando su abolición general ("abolicionismo"), los niños ven violados sus derechos y su dignidad humana. Por ello, si bien ven como meta a largo plazo aspiran a no tener que trabajar, ven más realista en el mundo actual bregar por leyes que mejoren sus condiciones y les permita trabajar con dignidad, para ellos mismos y para sus familias.