Gabriela Müller es una mujer comprometida con la Iglesia. Colabora de forma voluntaria en la misa o en la comunión. Sin embargo, en la Iglesia católica, la mayoría de las funciones de liderazgo están vedadas para las mujeres. Ahora, Gabriela Müller espera, como muchos otros, al nuevo papa. Quizás éste abogue con mayor firmeza por la equidad al interior de la iglesia.