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Mr. Corbata del Año 2006

José Ospina Valencia5 de diciembre de 2006

Christian Wulff, un político cristianodemócrata alemán, es el Hombre de Corbata 2006. Reconocimiento concedido por el Instituto alemán de Moda al hombre que haya portado o aguantado mejor la corbata durante todo un año.

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Christian Wulff, político y Mr Corbata del Año 2006.Imagen: AP

Justamente Alemania, un país en donde relativamente pocos hombres usan corbata, elige cada año y ya desde 1965, al hombre que mejor haya llevado la corbata durante doce meses. Antes del político Wulff, han sido “condecorados” personajes de la farándula, los medios, pero también políticos serios como el antiguo presidente alemán Walter Scheel y el canciller socialdemócrata Willy Brandt.

La corbata moderna existe, en su forma actual, desde 1924, ya que un tal Jesse Langsdorf encontró una manera de cortar la corbata con el menor desperdicio posible de tela. La solución fue trazar un ángulo de 45°. Además, la seda no la cortó en una sola pieza, sino en tres, que se cosían luego en otro proceso. Patentó su invento y más tarde lo vendió en todo el mundo. Hoy en día la mayoría de las corbatas se confeccionan de esta manera.

Y la corbata ¿para qué?

Pero, ¿para qué sirve la corbata? Mientras algunos afirman que es buena para abrigar el cuello, olvidando la existencia de la bufanda y sus buenos servicios como protectora de resfriados, otros aseguran que es un adorno. Ésta sí que puede ser una definición más cercana de ese pedazo de tela, sea de seda o algodón, de cuero o cartón.

Pero antes de que la corbata pueda colgar al cuello de aquél que vestido impecablemente de pies a cabeza quiera agregar dicho “adorno” textil, hay que dar el paso más difícil, el inicial: anudar la corbata de marras. Y es aquí cuando, a más tardar, muchos se preguntan por el sentido del accesorio sin uso ni razón conocidos.

A quien no le ha pasado. El tiempo corre y la hechura del nudo no quiere funcionar. Las dificultades no se deben subestimar. Empezando porque la puesta de una corbata - con nudo y todo - es probablemente la única acción que un hombre tiene que realizar ante un espejo a la hora de vestirse.

Nada fácil, si se tiene en cuenta que mientras los ojos ven una cosa en el espejo, las manos tienen que moverse exactamente en la dirección contraria. No todos los cerebros masculinos logran interpretar bien la situación y realizar la acción como es debido. Otros cerebros, de otras personas, tienen un problema similar cuando intentan aparcar… ¡De acuerdo, no todas!

Pero la corbata no sólo es la prenda más molesta del uniforme corporativo tradicional, sino también un accesorio (esencial?) para la elegancia masculina… y no pocas veces para la femenina.

Oradores, mujeres y enfermos

Remontándonos al pasado, descubrimos que los Egípcios de las clases pudientes solían anudarse al cuello un pedazo de tejido de forma triangular, y los legionarios romanos llevaban algo similar a la corbata, llamada focale.

El filósofo Séneca cuenta que era un riesgo dejar el cuello descubierto, así que el focale lo portaban los oradores, las mujeres y los enfermos. Lo que nos hace pensar que la corbata sí tuvo alguna vez una función protectora. Menos a la hora de comer spaghetti a la bolognesa. Porque si hay alguna prenda más prescindible a la hora de comer sopas y salsas es la adorada y odiada corbata.

No siempre hay un ángel detrás de una corbata

La fecha de nacimiento de la verdadera corbata se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, con la llegada a Francia de los mercenarios croatas. Con su traje tradicional llevaban un pedazo de tela blanca, que llamaban “hravatska”. La anudaban formando una rosita y dejando colgar las extremidades encima del pecho. La “croatta” les gustó tanto a los franceses que la adoptaron y la difundieron en todo el mundo.

Hoy, como dejó plasmado el poeta y dramaturgo británico Oscar Wilde, “ataviado con abrigo y una corbata, hasta un corredor de bolsa puede dar la impresión de que es civilizado”.