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Migración en Alemania: golpe de timón socialcristiano

18 de junio de 2018

El socialcristiano Horst Seehofer, ministro alemán del Interior, puso los asuntos migratorios en manos de su correligionario Hans-Eckhard Sommer. Expertos dudan que su gestión favorezca la integración de los refugiados.

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München Seehofer PK nach CSU-Präsidiumssitzung
Horst Seehofer, “hombre fuerte” de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU).Imagen: Reuters/R. Orlowski

Hans-Eckhard Sommer, el jurista de 57 años que hasta ahora estaba a cargo de los Asuntos de Extranjería y Asilo en el Ministerio del Interior de Baviera, acaba de ser nombrado jefe de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BaMF), cuya sede central está en Núremberg. Sommer sustituye a Jutta Cordt, quien ha sido despedida semanas después de que se hiciera pública la concesión de asilo a unas 1.200 personas en la agencia de Bremen sin que éstas cumplieran los requisitos para ello.

El asunto, que está siendo investigado por la Fiscalía General, hizo evidente las carencias con las que la institución viene trabajando desde hace años: Cordt asumió la dirección de la BaMF en 2017, pero los casos irregulares de Bremen se remontan al período 2013-2016. El socialcristiano Horst Seehofer, ministro alemán del Interior, espera que, al poner los asuntos migratorios en manos de Sommer –un correligionario suyo–, su cartera tenga más control sobre uno de los temas más controvertidos políticamente.

Analistas sostienen que Seehofer instrumentaliza el debate en torno a los refugiados para sacarle provecho durante la campaña electoral previa a los comicios del Estado federado de Baviera, pautados para el 14 de octubre de 2018. Sommer es un hombre de confianza: llevó las riendas de la oficina de Edmund Stoiber cuando era la máxima autoridad en Baviera y fue asesor técnico de su predecesor en el Gobierno regional, Günther Beckstein, antes de asumir responsabilidades en cuestiones migratorias.

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Un experto de línea restrictiva

Sommer era uno de los diez funcionarios de la comisión bávara que, en casos extremos, decidía si los migrantes bajo su custodia debían ser expulsados de Alemania. Especialistas en la materia lo describen como “un hueso duro de roer”, como un conservador de línea dura, como un experto en derecho de asilo que seguramente rechazará solicitudes con mayor celeridad y ordenará controlar con mayor dureza la probabilidad de que los migrantes inspeccionados tengan contactos terroristas.

“Él siempre implementó una línea muy restrictiva”, dijo acerca de Sommre Hannes Schammann, profesor de Política Migratoria de la Universidad de Hildesheim y miembro de la asociación Consejo para la Migración. “Sommer es de los que trata de impedir que se le otorgue el derecho de permanencia a un solicitante de asilo cuya petición ha sido rechazada, incluso cuando éste ha conseguido cupo en un centro educativo”, acota el catedrático. La Ley Federal de Integración es menos severa que la de Baviera.

En ese Land del sur alemán se aprovechó un punto débil de la jurisdicción federal para aplicar una normativa de “mano dura”. A varios solicitantes de asilo cuyas peticiones habían sido rechazadas se les impidió trabajar en compañías a pesar de que éstas les habían ofrecido una formación dual para llenar sus vacantes. Esto ha causado molestia entre los empresarios. Los ánimos se caldearon también en el Consejo de Refugiados bávaro cuando Sommer rechazó mejorar las condiciones de vida de los solicitantes de asilo.

Menos asilo, menos integración

En Baviera se propuso darles dinero en efectivo en lugar de paquetes de comida a los refugiados. La respuesta de Sommer fue negativa. “Yo sólo puedo desaconsejar que a Sommer se le nombre presidente de la BaMF”, dijo Alexaner Thal, portavoz del Consejo de Refugiados bávaro, antes de que su designación fuera confirmada. “Yo soy escéptico. No creo que él le dé la misma importancia al proceso de otorgamiento de asilo que a las tareas para fomentar la integración de los refugiados” agrega Schammann.

“Si la BaMF conserva sus competencias en lo concerniente a la integración, esa institución será un gran desafío para Sommer”, augura el exprofesor de la Universidad de Hildesheim, recordando que esa instancia coordina todo lo relacionado con los cursos de integración, la asesoría para los inmigrantes, la investigación independiente en materia de migración y asilo, y las iniciativas para que los inmigrantes se encaminen hacia el mercado laboral alemán lo más rápidamente posible.

Un punto a favor de la predecesora de Sommer en el cargo, Jutta Cordt, era que había pasado buena parte de su carrera en la Agencia Federal para el Trabajo (BA) y que su mentor, Frank-Jürgen Weise, había presidido ambas instancias, tanto la BA como la BaMF. Schammann pronostica que, con Sommer a la cabeza, la BaMF se concentrará en los procesos de otorgamiento de asilo. “Y su aspiración es conseguir que la situación en Alemania sea como antes de la promulgación de la Ley de Inmigración de 2005”, añade. 

Stephanie Höpnner (ERC/CP)

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