Merkel, ratificada en medio del vendaval

A falta de una oposición fuerte, la Unión Democristiana (CDU) ha decidido emprender la guerra política consigo misma. Algunos presidentes de Estados federados democratacristianos llevan semanas lanzándose acusaciones y discutiendo a través de la prensa. Hoy tenían una oportunidad única de verse las caras. En Dresde, en el este de Alemania, la CDU celebraba su congreso, que no tardó en convertirse en púlpito desde el cual prologar el acalorado debate.

Pero oficialmente, el congreso de Dresde no debía ser un campo de batalla. Angela Merkel se sometía por primera vez desde su elección como canciller a la aprobación de los miembros de su partido. También el resto de la directiva debía ser elegida. Merkel saldó la prueba con buena nota: el 93% votó a favor de su continuidad al frente de la CDU. Los patrocinadores de la discusión interna, sin embargo, no salieron tan bien parados.

Más social o más económico

"Están acorralando a la canciller", se escuchaba decir en los pasillos políticos y en los centros de prensa. No la oposición, ni sus socios socialdemócratas de gobierno, sino sus propios compañeros. Por eso, lo primero que recordó Merkel en el congreso de hoy fue la importancia de mantener la unidad. "Cómo física puedo asegurar que las alas dan impulso. Como política, que el impulso sólo se logra si las alas no chocan entre sí", dijo Merkel.

El centro de la discusión en el seno de la CDU lo encarnan, por un lado, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, y por el otro los primeros ministros de Baja Sajonia, Christian Wulff, y de Baden-Wuttemberg, Günther Öttinger.

Rüttgers apuesta por una CDU más "social" y cercana a las clases menos favorecidas. Como partido conservador y mano derecha del empresariado, la CDU ha cedido tradicionalmente estas preocupaciones a los socialdemócratas. Rüttgers propone como primer paso en la metamorfosis hacia la cercanía al pueblo llano, aumentar las prestaciones por desempleo que en los últimos años de vacas flacas han sufrido en Alemania notables recortes.

Esta idea está demasiado a la izquierda, opinan Wulff y Öttinger. Lo que hay que hacer es facilitar los despidos, flexibilizar el mercado, dice Öttinger. Preocuparse por crear más empleo y no por cómo financiar a los desempleados.

"Si el 80% de la gente está a favor de una medida, esa medida no es de izquierdas, sino de centro", respondía Rüttgers a las acusaciones de sus compañeros. "Tenemos que hacer más por mantener la cohesión social de Alemania".

Merkel aclara la posición

"La CDU es el mayor partido de masas situado en el centro", sentenció Merkel. Todo aclarado entonces. Y como su mismo partido, Merkel se colocó en el salomónico medio. Aceptó la idea social de Rüttgers y la favorable a los empresarios de Wulff y Öttinger. "Para mí, todas las propuestas son compatibles", dijo la canciller.

Merkel recibió de sus colegas más votos que en el último congreso, cuando aún no era jefa de gobierno. Así, para ella el encuentro se saldó con victoria, después de que las luchas internas hubieran afectado a su figura más que a los mismos contrincantes.

La CDU también elegía hoy a sus delegados y a la elección se presentaban entre otros Rüttgers y Wulff. Pero para ellos, con un 57% y un 66% de los votos respectivamente, los resultados no fueron tan positivos.

En Dresde, el congreso continúa. En realidad, la discusión de hoy estaba planeada para mañana, pero en vistas del daño que le hacía a la imagen del partido fue adelantada con la intención de zanjar el tema. Rüttgers ha declarado ya que seguirá defendiendo su postura.