Matanza de inocentes

La Repubblica, de Roma, opina: "La sangre de Qana ha salpicado a todos en la cara. Es la sangre de inocentes (...) y no será fácil lavarla. (...) La sangre se ha regado sobre toda una serie de responsables: los protagonistas directos e indirectos, pero también los poderosos y los impotentes espectadores."

Símbolo de lo peor

The Independent, de Londres, apunta: "Qana se ha convertido en un monumento a la crueldad. Lo que allí ocurrió es un símbolo de todo lo particularmente terrible y demencial que tiene esta guerra avalada por Estados Unidos y Gran Bretaña. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, sostiene con cara de inocente que las varias docenas de civiles muertos en el edificio en el que quedaron atrapados en Qana habrían tenido tiempo de abandonar el inmueble antes de los bombardeos. Al rehusar disculparse, demuestra cuán infructuosa es su política. Si tuviera el formato de un estadista, captaría que la intención de acabar con Hezbolá y frenar las ambiciones de Irán y Siria se vuelca en contra suya."

Límites transgredidos

El General-Anzeiger, de Bonn, señala: "Para que no haya malentendidos: Israel tiene derecho a defenderse. Pero no tiene el derecho de hacerlo de tal manera que se pierda todo respeto por la vida de civiles no involucrados. Con la desproporción de su reacción, Israel transgredió los límites y ya es hora de que se ponga fin a esto. Porque las consecuencias trascienden con mucho los límites del Medio Oriente: cada civil libanés muerto es nuevo alimento ideológico para aquellos fundamentalistas que han declarado la guerra no sólo a Israel sino a todo Occidente."

Error de cálculo

La edición alemana del Financial Times comenta: "Cada vez se muestra con más evidencia que Israel ha cometido un peligroso error en la guerra contra Hezbolá en el Líbano, que ya dura casi tres semanas: el objetivo anunciado fue una amplia neutralización de la milicia chiíta radical-islámica. Entretanto queda claro que tal objetivo difícilmente se pueda alcanzar, dadas las condiciones políticas y militares del conflicto. El clamor internacional por un pronto cese del fuego se vuelve cada vez más vigoroso. Incluso si Hezbolá saliera muy debilitada de esta guerra, bastaría con que sobreviviera medianamente para lograr un gran éxito propagandístico. Los radicales islámicos que no lograron ser vencidos en el campo de batalla verán crecer en la región su imagen heroica de únicos combatientes capaces de hacer frente al sionismo."

Los éxitos de Hezbolá

El Salzburger Nachrichten, de Salzburgo, subraya: "Por todas partes se venden afiches y banderas de Hezbolá por montones. (Hassan) Nasrallah ha resistido a los poderosos israelíes por más tiempo que ningún ejército regular. Desde hace más de dos semanas dispara más de 100 veces al día contra ciudades israelíes y sobrevive. Da igual con quién se hable en el mundo árabe: todos sostienen que él devolvió a los árabes el honor, la dignidad y la confianza en sí mismos. Tras el tremendo error israelí en Qana y la muerte de más de 60 civiles libaneses, Nasrallah podría conseguir cimentar sus éxitos. Este baño de sangre impondrá un alto el fuego a Israel. Al ejército israelí, que se ha batido más mal que bien, no le queda tiempo para debilitar a Hezbolá como esperaba. Ya nadie podrá desarmar a Hezbolá, aun cuando los europeos lo desearían."