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"Mantener la presión sobre Bagdad"

26 de agosto de 2002

El Canciller alemán Gerhard Schröder espera ser reelecto en las elecciones del 22 de septiembre. En entrevista con DW-TV, Schröder explica su posición en torno a la economía, el desempleo y la política exterior.

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Vientos favorables para el jefe de gobierno.Imagen: AP

En 1998 Gerhard Schröder logró vencer en los comicios al entonces canciller Helmut Kohl, poniendo fin a 16 años de gobierno conservador. Schröder fue visto entonces como la nueva esperanza de Alemania, sin embargo en el transcurso de este año la popularidad del canciller socialdemócrata ha decaído. Su coalición con el partido de los verdes en el gobierno ha sido incapaz de dar un impulso a la economía germana.

El desempleo rebasó la marca de los cuatro millones el pasado mes de julio y los nuevos estados federados alemanes, la antigüa Alemania del este, siguen sumergidos en un estancamiento económico, como estaban cuando la coalición socialdemócrata-verde llegó al gobierno. Adicionalmente el gobierno alemán ha enviado al ejército alemán a zonas de conflicto como los Balcanes y Afganistán, rompiendo con la vieja tradición pacifista del partido de los verdes, lo que ha provocado el enojo de muchos de sus seguidores.

Las últimas encuestas situaban al partido socialdemócrata (SPD) cinco puntos porcentuales por debajo de la coalición conservadora integrada por la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera. Según el instituto Emnid, si este domingo hubiera elecciones, el 41% de los alemanes votaría por los partidos que encabeza el candidato conservador Edmund Stoiber y 36% votaría por el partido socialdemócrata (SPD) de Gerhard Schröder.

Quedan todavía seis semanas hasta el 22 de septiembre, cuando tendrán lugar las elecciones generales alemanas, hasta entonces pueden pasar muchas cosas. En una entrevista con Schröder en la cancillería alemana, el jefe de gobierno explica su punto de vista en cuestiones que van desde el desempleo hasta la negativa alemana ante una posible ofensiva militar de Washington contra Irak.

DW-TV:

Señor Schröder, si uno se guía por las encuestas, todo apunta a que una nueva figura ocupará pronto la oficina de la cancillería, es decir, su rival, el candidato de la oposición conservadora. El SPD va a la zaga en los índices de popularidad. ¿Qué es lo que anda mal en la campaña electoral, qué errores ha cometido usted o su partido?

Schröder:

No creo que haya una simple respuesta a esa pregunta. Los sondeos muestran una imagen dividida, y en lo que respecta a mi partido, podría ser mejor, pero la situación es inversa si se compara a los dos candidatos. Teniendo en cuenta que casi la mitad de todos los votantes siguen indecisos, hay un enorme potencial para los dos partidos mayoritarios (SPD y CDU), pero sobre todo nosotros tenemos la posibilidad de movilizar a los electores indecisos. Por ello no nos interesa ganar encuestas, queremos ganar las elecciones y con ese objetivo trabajamos.

DW-TV

: Usted prometió reducir el desempleo a 3 millones y medio. Las últimas cifras de desempleo en julio situaron el número de personas sin trabajo en 4 millones. ¿Es esto sólo consecuencia de la recesión económica internacional o se debe también a errores propios, como el retraso de reformas en el mercado laboral?

Schröder:

No creo que se trate de errores propios. La situación económica mundial es mucho peor de lo que era hace cuatro años. Durante la década de los 90, cuando se registraron 4 millones y medio de desempleados, Estados Unidos tenía un crecimiento del cinco por ciento. Desde hace dos años Estados Unidos ha estado al borde de una recesión y las perspectivas no son buenas, lo que naturalmente tiene efectos negativos en un país exportador como Alemania. No podíamos prever que una situación así golpearía la economía mundial. Nuestra meta era clara y hubiéramos podido alcanzarla a pesar de las condiciones que enfrentamos en el 2000, pero desafortunadamente desde Berlín no podemos determinar los efectos de la economía global.

DW-TV:

Antes de ser canciller fue usted Primer Ministro del estado federado de Baja Sajonia. Entonces se decía que usted tenía buenas relaciones con Edmund Stoiber, quien es el candidato conservador a la cancillería. ¿Qué opina usted de él ahora?

Schröder:

Buenas relaciones es exagerado. Tuvimos las relaciones de trabajo que se debe tener entre jefes de gobierno regionales. Uno no se fija obligatoriamente en la filiación partidista. Cooperamos por ejemplo, en cuestiones relacionadas a la industria automotriz. El estado de Baja Sajonia, es como usted sabe, sede del fabricante automotriz Volkswagen, es por ende muy dependiente de esta industria. Baviera, que es sede de BMW y Audi, tiene los mismos intereses. Eso determinó nuestra cooperación. Somos personas muy distintas, eso se percibe y es algo que en Alemania se sabe. Yo ya me acostumbré a no clasificar a mis adversarios políticos, evaluar es tarea de los periodistas, la mía es actuar sobre la realidad.

DW-TV:

Esta campaña electoral se centra en la cuestión del empleo, pero por primera vez desde hace mucho tiempo, también se debaten temas de política exterior, particularmente sobre como reaccionaría Alemania ante un ataque de Estados Unidos contra Irak. Su partido ha dejado en claro que Alemania no participará ni siquiera habiendo un mandato de la ONU. ¿Podrá usted mantener esta posición mucho tiempo?

Schröder

: En primer lugar no se trata de una posición. Se trata de reacciónar al debate y las decisiones de otros, de exteriorizar la opinión propia. Todavía no hemos ganado la lucha contra el terrorismo internacional y los Talibán de Afganistán. La operación ‘Paz duradera’ continúa, y nosotros tomamos parte en ella. Los alemanes somos los más activos en las fuerzas internacionales de paz en Afganistán. Fuera de Kabul, el país no ha sido pacificado y en los Balcanes la situación no es como debiera ser. Eso quiere decir que no hemos logrado todo lo que nos propusimos: el sentar ejemplo en la comunidad internacional, el demostrar que vale la pena unirse a occidente en la lucha contra el terrorismo internacional y que eso conduce a un desarrollo pacífico y por eso desaconsejo el considerar nuevas acciones.

En segundo lugar, creo que tenemos que pensar en lo que pasaría si se produjera una intervención de este tipo, a la que yo de cualquier manera me opongo. Es importante recapacitar sobre las consecuencias políticas y económicas, porque esta región es importante para la economía mundial. Por ello recomiendo cautela y moderación. Espero nuestra voz se escuche, como europeos, pero también como alemanes seguros de sí mismos. En definitiva, somos un país que no titubea cuando se trata de actuar con firmeza en la lucha contra el terrorismo y cuando se trata de alcanzar y garantizar la paz en el contexto internacional, incluso si eso significa el despliegue de soldados alemanes en el extranjero.

DW-TV:

Pero Saddam Hussein es un dictador que ha estado jugando al gato y el ratón con las Naciones Unidas desde hace años. ¿Qué solución propone usted en este caso?

Schröder:

Creo que no debe abandonarse la política aplicada hasta hoy por Naciones Unidas, la clásica política de contención, de aislamiento de Saddam Hussein. Pero creo posible y hasta probable que justamente una intervención militar ponga en peligro la coalición internacional contra el terrorismo. Pero al mismo tiempo estoy totalmente de acuerdo con quienes afirman que tenemos que mantener la presión sobre Saddam. No discuto en lo absoluto que se le clasifique como dictador. Tenemos que mantener la presión para que permita nuevamente la entrada de los inspectores al país. Pero tenemos que ser decisivos y efectivos y analizar la seriedad de las ofertas de Bagdad.

DW-TV:

Para finalizar, quisiera preguntarle sobre política europea. Hace unos días Turquía aprobó amplias reformas como la abolición de la pena de muerte. Turquía presiona ahora las negociaciones para su ingreso en la Unión Europea. ¿Qué opina usted al respecto?

Schröder:

Me parece sumamente importante lo que han hecho porque establece una señal. Significa que Turquía está dispuesta a adoptar los estándares establecidos en el Tratado de la UE de Copenhague. Ahora tenemos que ver si la decisión tomada por el parlamento turco es implementada en la práctica, ése es el punto decisivo. Tenemos que mantener la puerta abierta a Turquía. Pero tal vez es demasiado pronto para hablar de negociaciones de ingreso. Hay que aguardar para ver como se implementan esas decisiones en la práctica, entonces podremos tomar decisiones. En todo caso sigue habiendo cuestiones sin resolver como las relaciones de Turquía con Grecia o la cuestión de Chipre.

DW-TV:

Antes de tratar el ingreso de Turquía, la UE tiene que resolver la ampliación hacia el Este del continente, pero hay profundos conflictos entre las instituciones de Bruselas. ¿Cree usted que la UE está madura para una rápida incorporación de los países del centro y de este de Europa?

Schröder:

Yo no veo gran problema en esta cuestión. Gracias a Dios, desde la caída de la Cortina de Hierro, el Este de Europa está ahora en condiciones de pertenecer a una Europa unida. Se trata de una gran oportunidad que no podemos dejar escapar. La Convención de la UE tendrá que garantizar que una Europa ampliada e integrada siga siendo políticamente gobernable. Tenemos que estar listos para enfrentar estos retos y eso es lo que queremos.

La entrevista fue conducida por Christian Trippe, 10.08.2002