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Más diferencias que afinidades

26 de febrero de 2004

Las relaciones entre Berlín y Washington, sufrieron una ruptura con la guerra de Irak, lo que ha dejado en evidencia una serie de diferencias, que enumera la prensa europea con motivo de la visita de Schröder a EEUU.

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"Los alemanes repudian cualquier cosa que suene a invasión militar".Imagen: AP

El diario británico, Financial Times, señala que Washington debiera reconocer la contribución de Alemania: “Bush debiera entender que la mayoría de los alemanes repudian cualquier cosa que suene a una invasión militar unilateral, además, Alemania ha demostrado su disposición a asumir su carga en materia de seguridad. La opinión pública estadounidense tiene una imagen positiva de Alemania, o por lo menos neutral y así debiera ser. Para Schröder, la visita a Washington le brinda la oportunidad de reorientar su política exterior, que ha quedado demasiado influida por Francia. En parte esto es culpa de la administración Bush, que ha demonizado a París y a Berlín por su oposición a la guerra de Irak. Schröder podría reflexionar sobre la estrategia de su predecesor, Helmut Kohl, quien logró durante 16 años mantener una estrecha relación con Francia y Estados Unidos. No hay retorno a las viejas relaciones germano-estadounidenses de los tiempos de la Guerra Fría. Pero sigue existiendo una base para una relación sólida entre ambos países”.

Problemas hechos en casa

El rotativo de la localidad este-alemana de Cottbus, Lausitzer Rundschau, señala: “La ruptura de hace un año fue la expresión de un distanciamiento general, pero en lo fundamental no ha cambiado nada, incluso si llegaran a perder su puesto Bush o Schröder, o ambos. A ese distanciamiento en muchas cuestiones fundamentales, como la manera de enfrentar la pobreza en la sociedad, se suma la enorme presión de una situación económica deplorable en ambos países. Estados Unidos está demasiado ocupado con sus crecientes contradicciones internas como para actuar como líder del mundo occidental. (...) Y la política alemana se caracteriza por todo menos una clara orientación. Los problemas estadounidenses y alemanes hechos en casa dejan muy poco espacio para la reflexión sobre los lazos que unen y dan pie a controversias. Poco cambiará esto la breve cumbre de reconciliación”.

¿Visita de despedida?

Por su parte el diario Saarbrücker Zeitung, del Sarre, escribe: “Alemania y Estados Unidos son y seguirán siendo países amigos. Sus relaciones políticas, económicas y culturales no dependen del grado de amistad de sus jefes de gobierno. Si las apariencias no engañan, incluso podría pensarse en un retorno a la vieja relación afectuosa, si es que Bush no sigue una vez más los pasos de su padre y pierde en el otoño frente a su rival demócrata. En ese caso, la actual visita de reconciliación de Schröder se convertiría en una despedida”.

Los divide más de lo que los une

El matutino de Colonia, Kölner Stadt Anzeiger, afirma: “A Alemania y Estados Unidos los divide más de lo que los une. Puede ser que la lista de afinidades sea larga, pero las diferencias fundamentales en la visión del mundo, del ser humano y del clima social son incluso mayores. Los alemanes creen sobre todo en la influencia de las organizaciones internacionales, los estadounidenses en el Estado nacional. Los alemanes buscan un equilibrio frente al capitalismo y una política social, los estadounidenses confían en la fuerza del mercado. Alemania es un país secular, Estados Unidos uno religioso. La mayoría de los alemanes hoy en día son pacifistas moderados, la mayoría de los norteamericanos creen todavía en la guerra como un instrumento de negociación. Va siendo hora de hacer un balance racional y sobrio de las relaciones germano-estadounidenses, de nombrar las diferencias claramente y buscar las afinidades”.