Love Parade volvió a Berlín
15 de julio de 2006Miles de ravers volvieron a copar las calles de Berlín al ritmo sordo de la música tecno. El festival vuelve a la capital alemana después de dos años de licencia por falta de fondos. La ceremonia callejera comenzó en la Puerta de Brandeburgo, y como en años anteriores, el movimiento electrónico comulgó con los principios de los noventa: amor, paz, unión y respeto.
Al igual que durante la fiebre mundialista, el escenario fue la emblemática avenida 17 de junio, que adoptó durante las semanas pasadas el término de "milla del aficionado". Bajo un sol ardiente y temperaturas que rozaban los 38 grados, los bailarines y músicos se apoderaron de la gigantesca pista de baile.
Un millón de ravers
El amor ha vuelto, proclaman los organizadores, que dieron a esa frase "The Love is back!, el símbolo de la edición del 2006. El festival reapareció con nuevos patrocinadores, un programa más amplio y decidido a reconquistar la popularidad que hicieron del Love Parade el encuentro tecno más grande del mundo, que llegó a reunir a más de un millón y medio de ravers en sus mejores épocas. El concepto, ideado por su fundador, Dr. Motte, ha sido trasladado a varios países como México, Chile, Estados Unidos e Israel, entre otros.
Los nuevos organizadores del festival alemán, Rainer Schaller y Maurice Maué inyectaron al festival un cóctel de vitaminas musicales. En lugar del tecno puro y duro, el nuevo Love Parade se presentó con exponentes de todas las facetas de la música electrónica, desde el house y el trance, hasta el electro y el drum'n bass.
A las 12.00 GMT en punto cuarenta carrozas con 230 dijéis de 17 naciones se pusieron en marcha simultáneamente desde los extremos de la avenida 17 de junio, una de las más largas de la capital. De un lado arrancaron los carros provenientes de la Puerta de Brandenburgo, que se encontraron en el medio con aquellos que venían en dirección opuesta, desde la Plaza de Ernst Reuter.
Público más joven
En medio, ambas caravanas de varios kilómetros de largo, con docenas de bailarines y bocinas gigantes a bordo, se conectaron sincronizando su sonido al de los dijéis invitados, que actuaron en el epicentro del festival, la Columna de la Victoria.
Centenares de jóvenes equipados con silbatos y trompetas bailaban luciendo mucha piel y poca tela. Se vio a un público más joven que en las ediciones anteriores, que lucía menos piercing y tatuajes que sus coreligionarios más radicales.
El Love Parade, nacido en los ochenta como una marcha de aficionados al tecno, con apenas un par de centenares de seguidores, creció rápidamente alcanzando la cifra del millón y medio de participantes en 1999. Posteriormente decayó hasta suspender sus ediciones en el 2004 y 2005.
Su fundador, el dijéi berlinés Dr. Motte, -doctor Polilla- demostró ser un genio de la mercadotecnia. El Desfile del Amor se convirtió durante años sucesivos en cita obligada para el movimiento tecno, que tuvo su cuna en Alemania y Estados Unidos. El festival sigue siendo escenario para presentar las novedades en la escena house y las tendencias tecno en el escenario internacional. Con una pista de baile 260.000 metros cuadrados de superficie, el Love Parade es la mayor fiesta callejera del mundo, cuyo costo es estimado en unos 2,5 millones de euros.