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Los senderos se bifurcan

7 de noviembre de 2002

Mientras que la Reserva Federal estadounidense recortó las tasas de interés a un1,25%, el nivel más bajo de los últimos 40 años, el Banco Central Europeo se mantiene firme en su postura de no abaratar el dinero.

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Wim Duisenberg, Presidente del Banco Central Europeo, no da su brazo a torcer.Imagen: AP

A primera vista resulta sorprendente: A las grandes economías de ambos lados del Atlántico les va igual de mal, y sin embargo mientras que la Reserva Federal estadounidense decide reducir sus tasas de interés una vez más, el Banco Central Europeo decide mantener las suyas sin cambio. La brecha entre las tasas de interés de Europa y Estados Unidos es cada vez más grande. A diferencia de los estadounidenses, los europeos están convencidos de que no se puede impulsar la coyuntura por esta vía y han optado por dar prioridad a la estabilidad del euro tanto dentro como fuera de la Unión Europea.

Recortes fracasados

El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, quiere transmitir dos mensajes con la medida adoptada. Primero que la incipiente recuperación coyuntural se encuentra en peligro y segundo que se han emprendido medias para evitarlo. Sin embargo ambos mensajes tienen sólo un efecto psicológico, pues desde el punto de vista práctico no cambian gran cosa. Desde el 2001 la Fed ha reducido en doce ocasiones las tasas de interés sin éxito visible. Siempre se topó con algún obstáculo, ya sea la explosión de la burbuja de la nueva economía o escándalos millonarios y la consiguiente crisis de confianza. Y al último la parálisis económica desatada por un presidente belicoso. ¿Qué consumidor está dispuesto a pedir un crédito en épocas de guerra inminente, qué empresa adquiere un crédito en estas condiciones aún cuando los créditos sean los más baratos de las últimas décadas? El nivel de las tasas de interés en Estados Unidos es el más bajo de los últimos 40 años, pero aún así los estadounidenses se mantienen reservados, la confianza del consumidor no era tan reducida desde hace 9 años.

Invierte su último as

Greenspan, el gran hombre de la política monetaria estadounidense, explicó la medida tomada aduciendo que la gran inseguridad imperante, en buena parte producto de los riesgos geopolíticos, frena en este momento las inversiones, la producción y la creación de plazas de trabajo. Un claro reflejo de los daños causados por la política belicosa del presidente estadounidense Bush. Pero el recorte no cambiará nada, pues ningún banco central puede impulsar la coyuntura económica tan sólo mediante un recorte de tasas de interés. Y lo que resulta aún peor: Greenspan cuenta ya sólo con un naipe en la manga, un cuarto de punto más y Estados Unidos enfrentará una realidad japonesa.

Sabios europeos

El Banco Central Europeo es mucho más precavido. Mantiene la pólvora bien guardada, aún cuando esto decepcionara inicialmente a los mercados de acciones. El BCE sabe que la coyuntura no se aviva sólo porque el dinero es barato. Y prefiere ganar aún más reputación y credibilidad, al no ceder a la presión de la FED, ni a las demandas de los políticos europeos de seguir el camino estadounidense. Tendrán primero que consolidar sus presupuestos nacionales sin ayuda de la política monetaria. La principal tarea del BCE es la estabilidad monetaria.

En general se puede decir que la decisión adoptada por el BCE es sabia. Gana credibilidad pues no se doblega a la ilusión de que puede mediante la política monetaria impulsar la coyuntura económica y además se guarda las municiones para épocas más difíciles.