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Los riesgos del desequilibrio

19 de septiembre de 2002

El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó sobre el aumento de los factores de riesgo que afectan negativamente a la economía mundial. Argentina seguirá en la cuerda floja.

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El director del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler.Imagen: AP

La alta cotización del dólar, el desequilibrado flujo en el comercio mundial provocado por el proteccionismo agrícola en naciones industrializadas y el pesado endeudamiento de algunos países de América Latina, son algunos de los riesgos que empañan las perspectivas de crecimiento económico mundial.

"Los riesgos están claramente más inclinados hacia el empeoramiento de lo que estaban hace algunos meses", dijo el director del FMI, Horst Koehler, en un discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores en Washington, en el que dejó entrever que Argentina no podrá contar con más créditos del FMI, mientras el gobierno de ése país no presente un programa de reformas convincente.

'No' a futuros créditos

Koehler criticó que no se haya continuado el proceso de reformas con una liberalización de la economía y apertura de mercados. "En Argentina hemos visto, lo peligroso que es el detener una vía a la mitad del camino. Es imprescindible el contar con instituciones fuertes y un liderazgo responsable en el gobierno, para alcanzar un crecimiento económico sostenido y estabilidad financiera", dijo y después añadió, sin pronunciar el nombre del país: "Cuando un país no está realmente preparado para cooperar con la comunidad internacional, nosotros también tenemos que estar preparados para decir que 'no' a más apoyos". No así en el caso brasileñ, sobre el cual dijo, "ha invertido en la globalización con una fuerte política monetaria, cambiaria y fiscal. La comunidad internacional debe tener 'munición', para ayudar a gobiernos de países que hacen un buen trabajo".

Los desequilibrios de la globalización

Por primera vez, la institución que custodia la estabilidad financiera internacional, señaló en su informe anual presentado en Washington, el desequilibrio provocado por las barreras agrícolas de naciones industrializadas.

La globalización ha conducido a una apertura de los mercados financieros en muchas regiones del mundo, con peligrosas consecuencias, como lo han mostrado las crisis financieras en América Latina. El FMI asegura que la reducción de aranceles, en Europa y Estados Unidos, a los productos agrícolas provenientes de países en vías de desarrollo, reduciría el desequilibrio existente.

"Los ingresos de divisas generados por las exportaciones agrícolas, servirían a estas naciones para amortigüar los efectos de la fuga de capitales", según Kenneth Rogov, director del departamento de investigación del FMI.

Las subvenciones, un lastre

Preocupa la poca disposición de las naciones industrializadas a abrir sus mercados. Según estimaciones del FMI, la reducción de subvenciones agrícolas produciría una riqueza mundial equivalente a 128 mil millones de dólares, de la cual, tres cuartas partes irían a dar a las arcas de los países industrializados.

La explicación de ello, se encuentra en precios más bajos al consumidor y una distribución más eficiente de recursos. Esto estimularía la productividad y la inversión, lo que potenciaría aún más la generación de riqueza. "Las subvenciones agrícolas sumaron un total de 300 millones de dólares el año pasado, lo que significa unos 30 centavos, por cada dólar que percibe un granjero estadounidense", según Rogov.

Los más perjudicados, los pobres

El apoyo del sector agrícola en los países desarrollados, es mucho mayor que el destinado a cualquier otra actividad económica, y es un apoyo sin sentido, desde el punto de vista social. Los altos subsidios agrícolas encarecen la canasta básica del consumidor, afectando negativamente a otros sectores productivos. Esto presiona los precios del mercado mundial en perjuicio de los agricultores del mundo en desarrollo. El FMI exhorta a las naciones industrializadas a reducir rigurosa y conjuntamente los subsidios al campo.