Los fantasmas de la antorcha olímpica
29 de junio de 2004
La antorcha con la Llama Olímpica - que por primera vez cursa por los cinco continentes- llegó hoy al estadio de Múnich procedente de Roma. Ocurre justo 32 años después de los Juegos celebrados en esa ciudad, tristemente célebres por el secuestro y posterior asesinato de varios miembros de la delegación israelí por el comando palestino Septiembre Negro. El comando exigía la liberación de 200 árabes encarcelados en Israel, así como un avión para fugarse.
Cuando los secuestradores iban a tomar el avión que supuestamente debía servir para su huida, se produjo un tiroteo entre éstos y francotiradores apostados en las inmediaciones, así como agentes en el interior del aparato. Nueve rehenes, un policía y cinco terroristas murieron. Los Juegos quedaron interrumpidos 34 horas y se reanudaron con la histórica frase del entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage: "The games must go on".
Vuelve a encender la llama
El ex atleta Günther Zahn, quien en 1972 encendió la antorcha inaugural, abrió hoy la ronda de los 125 relevistas que transportaron el fuego olímpico a lo largo de 24 kilómetros hasta el estadio olímpico muniqués. En los relevos participaron deportistas y personalidades del mundo económico, político y el espectáculo, que transportaron la llama por la capital bávara.
Berlín en 1936
La antorcha partirá mañana hacia Berlín, escenario de otros Juegos Olímpicos asimismo de triste memoria, en 1936, conocidos como las "Olimpiadas del nazismo", pues fueron utilizadas como plataforma de propaganda de Adolf Hitler. Era precisamente ése el estigma que intentaba borrar Alemania en 1972.
Un anciano Sigfried Eifrig, quien el 1 de agosto de 1936 llevó la antorcha hasta el centro de la capital del Reich, subraya, que la carrera de relevos internacional, encendiendo la antorcha en Grecia y llevándola hasta el lugar de los juegos fue estrenada en Berlín. En realidad, la idea fue de Carl Diem, científico del deporte funcionario del gobierno nazi, quien la extrajo de un antiguo jarrón griego. Diem, un muchachito en aquella época, había atravesado una multitud de 30.000 adolescentes hasta alcanzar el Altes Museum, en donde un altar esperaba al fuego de Olimpia. Los cincuenta kilómetros que recorrerá esta vez la antorcha en la capital berlinesa acabarán en el Arco de Brandeburgo, cargado también de mucha historia.