Ayudando a ayudar
20 de abril de 2010El 90 por ciento de las empresas de carga aérea señaladas de traficar armas y drogas también transportan los productos de las organizaciones de ayuda humanitaria. El preocupante hallazgo fue hecho en el marco de una investigación emprendida por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI son sus siglas en inglés) en 2009 e hizo sonar la alarma; desde entonces, uno de sus objetivos más urgentes ha sido establecer un mecanismo para evitar que organismos con un historial intachable terminen financiando el tráfico de armas y drogas que profundizan las heridas de guerra y los problemas sociales de la gente que ellos procuran ayudar.
El transporte de cargas en la mira
Para dar a conocer esta situación y mitigar en lo posible las secuelas negativas que ella trae consigo, la institución sueca activó este martes (20.4.2010) el portal de Internet Ethical Cargo. “Supongamos que usted trabaja para la organización Médicos sin Fronteras: usted puede visitar nuestra página web y estudiar las técnicas de negociación que hemos publicado allí”, explica el director del proyecto, Hugh Griffiths.
“Allí hemos descrito todos los pasos a seguir, previos y posteriores a la firma de un contrato con una empresa de transporte de cargas. Hemos redactado textos para situaciones específicas que usted puede copiar y pegar en el contrato que usted quiere establecer con la empresa transportadora; incluyendo cláusulas que le permiten a una organización anular el contrato si la empresa de transporte viola las reglas éticas establecidas en el acuerdo”, agrega Griffiths.
Un círculo vicioso
Griffiths confía en que las cláusulas aludidas ayudarán a las organizaciones humanitarias a exigir de empresas como la Bluebird Aviation de Somalia, por ejemplo, un comportamiento más acorde con sus criterios éticos. Según un informe avalado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en los últimos años la compañía en cuestión traficó una droga de consumo cotidiano en Somalia conocida como khat aprovechando los viajes que hizo para transportar productos imprescindibles para la supervivencia de la población.
Reservar los aviones de una empresa como Bluebird Aviation para transportar ayuda humanitaria equivale prácticamente a apoyar el tráfico de drogas y eso trae consigo otras consecuencias aún más ominosas. En muchas zonas afectadas por la violencia armada, los dividendos que el narcotráfico genera financian la perpetuación de guerras civiles y otros conflictos. Está por verse si las herramientas proveídas por Ethical Cargo tienen la capacidad de comprometer a las empresas de transporte en operaciones más transparentes.
Los riesgos de la ayuda humanitaria
Por otro lado, empresas como la Bluebird Aviation comprometen la seguridad de los trabajadores de las organizaciones dedicadas a la ayuda humanitaria por la falta de mantenimiento de sus flotas. “Los aviones no son inspeccionados debidamente. Así, el riesgo de que las aeronaves se estrellen causando la muerte de sus ocupantes es muy alto; yo sé de varios casos en los que la ONU debió lamentar la muerte de sus colaboradores”, explica Per Byman, coordinador de la ayuda humanitaria para la organización sueca SIDA, dedicada a prestar ayuda para el desarrollo.
“Además, los aviones de esas empresas de transporte de cargas pueden ser blanco de ataques orquestados como represalias. Al respecto se han hecho pocas investigaciones, pero está claro que una compañía involucrada en actividades ilegales como el tráfico de drogas corre un mayor riesgo de ser objeto de revanchas, aún cuando no sabemos exactamente qué tan grande es ese peligro”, añade Byman.
¡Ethical Cargo a la carga!
Sin embargo, Griffiths aclara que la base de datos de Ethical Cargo no está concebida como una “lista negra”: “Nosotros nunca recomendaríamos a una empresa de transporte ni desaconsejaríamos establecer acuerdos con compañía alguna”, explica. “Por ejemplo, aún cuando una organización de ayuda humanitaria se percate de que en nuestro banco de datos aparece una empresa de expedición cuyos aviones se han estrellado seis veces, es posible que ella se vea obligada por las circunstancias a trabajar con esa compañía. Entonces, lo importante es que la institución pueda negociar el aspecto de la seguridad con la empresa en cuestión durante la fase inicial de las conversaciones”.
Hugh Griffiths aspira que Ethical Cargo haga sentir su influencia sobre el mercado y que tanto las empresas de expedición como sus potenciales clientes terminen reconociendo las ventajas económicas y éticas de una política de “manos limpias” en el ámbito del transporte de cargas. Las recomendaciones concretas disponibles en la página web son complementadas con una serie de informaciones de trasfondo y una línea telefónica ha sido activada para ofrecer asesoría a las instituciones que la necesiten. El portal informativo es financiado por la organización SIDA y el ministerio de Exteriores sueco.
Autora: Agnes Bührig / Evan Romero-Castillo
Editor: Pablo Kummetz