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Los desterrados de nunca jamás

Luna Bolívar Manaut19 de diciembre de 2005

Niños en un mundo de adultos plasmados en 894 fotografías. UNICEF otorga por sexta vez el premio a la mejor foto del año que, como siempre, esconde la trágica historia de quien tuvo que crecer antes de tiempo.

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Jana en la Foto UNICEF del Año.Imagen: AP

Desde el año 2000, UNICEF premia a aquellos fotógrafos que con su arte captan algo que va más allá de la simple imagen. Sus fotos son un trozo de vida, son la constatación de una personalidad, son la atmósfera de una situación, son un grito y una llamada de atención. Sus objetivos siempre enfocan niños, abandonados en el gris de un mundo demasiado triste hasta para los mismos adultos.

La foto del año

87 fotógrafos de 20 países diferentes presentaron a concurso un total de 894 fotografías. El jurado seleccionó y galardonó tres de ellas: el primer premio fue para el británico David Gillanders, el segundo para el brasileño Maurício Lima, y el tercero para la sueca Frida Hedberg.

Jana es la protagonista de la fotografía que ha recibido el primer premio. Cuando Gillanders la retrató tenía 13 años, era adicta a las drogas y vivía en las calles de Odessa, en Ucrania. El padre de Jana, alcohólico, murió pronto. Su madre falleció en prisión cuando ella tenía ocho años. Jana murió las pasadas Navidades. El SIDA había mermado sus defensas y no pudo soportar el invierno.

El rostro de Jana en la imagen de Gillanders sirve ahora para recordar al mundo la tragedia que se vive en Europa del este, donde el consumo de drogas y la expansión del virus del SIDA son grandes problemas. El 40% de los infectados de SIDA en Europa del este son mujeres, el 80% tiene menos de 30 años y la décima parte son niños, dice UNICEF. El reconocimiento fue entregado por Eva Köhler, la mujer del presidente alemán Horst Köhler.

Ojos que ven el mundo

UNICEF Foto des Jahres 2005 2. Platz
Ayad después de la guerra de Irak, segundo premio.Imagen: Maurício Lima/Agence France Press

El chico de la fotografía de Maurício Lima, Ayad Ali Brissam Karim, tiene la cara quemada. La granja de sus padres, cerca de la ciudad de Babilonia, en Irak, fue bombardeada en 2003 por un helicóptero estadounidense. De tragedia le quedó un rostro marcado para siempre y un ojo, el derecho, que ya no volverá a ver.

Ayad no sólo sufre secuelas físicas sino también psíquicas. "A veces se pasa el día haciendo la misma pregunta, y se pone agresivo sin motivo", dice su madre. Ayad ha tenido que dejar el colegio porque los demás niños se ríen de él, y seguramente no aprenderá a leer. Ayad es la cara de la guerra.

Unicef Foto des Jahres 3. Platz, Frida Hedberg
Chicos que descubren el mundo, tercer premio.Imagen: Frida Hedberg / pressens bild

La contrapartida al drama está en la fiesta de un colegio en un pueblecito sueco, donde Frida Hedberg captó un segundo en el descubrimiento del mundo de un niño de siete años, que sobre la pista de baile observa a los más mayores. Chicos y chicas se llama la foto. "Comienza el asombro de un niño que se entera por primera vez de las cosas que suceden en una discoteca escolar", escribe UNICEF.