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El ejército irlandés era neutral. Cerca de 5000 irlandeses desertaron para luchar voluntariamente contra el fascismo. A su vuelta, su país no los recibió con medallas. Fueron expulsados del ejército con deshonra, perdieron su derecho a pensión y algunos tuvieron que responder incluso ante un tribunal militar por deserción. Ahora, se ha puesto en marcha una iniciativa para rehabilitar a estos heroicos desertores.