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Los buenos, los malos y los feos

21 de diciembre de 2002

¿Quiénes se destacaron en el año que termina, para bien o para mal, en el mundo y en Alemania? La elección de este 2002 no ha sido nada fácil. Cada quien tiene sus favoritos para cada categoría. Estos son los nuestros:

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Obviamente un "malo", aunque no del 2002.Imagen: AP

LOS BUENOS

Ronaldo, el resucitado:

Ronaldo - Weltfussballer des Jahres 2002
Ronaldo, el mejor jugador del año.Imagen: AP
Escudriñando el terreno político, llama la atención que los candidatos a "buenos" resultan pavorosamente escasos. Pero la política no lo es todo en la vida... por suerte.Y así encontramos a una figura que merece el título, aunque más no sea por la hemorragia de alegría que provocó a los cerca de 170 millones de brasileños, al coronar a su equipo como Pentacampeón, en el Mundial de Fútbol. ¿Habrá alguien que haya hecho feliz a más gente de una sola "patada" este año? Difícil... Además, como el ave Fénix, Ronaldo resucitó este año, llevándose todos los títulos habidos y por haber. Un buen muchacho.

El voluntario anónimo

A falta de figuras conocidas que se destacaran por sus bondades en Alemania -exceptuando quizá a un Dirk Nowitzki, que se elevó a las más altas cumbres del baloncesto en Estados Unidos-, nuestra elección recae a nivel nacional en un gran grupo de personas que no conocen la fama: aquellas que trabajaron hasta la extenuación para ayudar a los afectados por la inundación del siglo en el Este del país. Fueron miles los que nos recordaron, en esta sociedad individualista, que en Alemania también se escribe con mayúsculas la palabra Solidaridad.

Jimmy Carter, el Nobel

Sí; después de todo logramos encontrar a un político digno de figurar en esta categoría. Claro que Jimmy Carter siempre fue bueno, aunque por ello algunos lo tildaran de ingenuo e inepto para gobernar. No es que este año que termina haya hecho nada espectacular, pero al menos el jurado del Premio Nobel se acordó de su existencia y su labor incansable en favor de la democracia y el respeto de los derechos humanos. Un premio Nobel de la Paz bien merecido.

LOS MALOS

Saddam, el villano de siempre

Möllemann tritt nun doch zurück
Jürgen Möllemann, el azote de los liberales.Imagen: AP

En rigor, el dictador iraquí no se destacó este año por haber cometido ninguna fechoría especial, aunque figure en los medios de comunicación como el enemigo público número 2, después de Bin Laden. Son los méritos de la maquinaria de George Bush, que nos tiene a todos preocupados ahora por la crisis iraquí. Sin embargo, no se puede negar que en su larga trayectoria dictatorial ha acumulado un prontuario suficientemente escabroso, desde los tiempos en que atacaba a la población curda de su propio país con armas químicas, por allá por 1985. Claro que entonces no se hablaba tanto de su maldad, porque estaba embarcado en la guerra contra Irán.

Le Pen, finalista

Ahora que se acaba este 2002, poco se oye acerca del jefe del ultraderechista Frente Nacional. Pero no olvidemos el susto que nos propinó este tribuno nacionalista en la primera vuelta de las elecciones presidenciales galas, al quedar de finalista, desplazando de la arena política al socialista Lionel Jospin. La marea de indignación que cohesionó a las fuerzas políticas de Francia para respaldar la candidatura de Jacques Chirac impidió a Le Pen llegar a presidente. Pero sus huestes de seguro no descansan, y los europeos harían bien en permanecer alertas.

Schumacher, el terror del volante

Ralf Schumacher (hermano menor de Michael), también conocido como Schumi II, no escarmienta. Otra vez confundió por lo visto las calles por las que circula el común de los mortales con los circuitos de la Fórmula 1. El piloto de la escudería BMW-Williams fue sorprendido conduciendo a 130 km/h, donde la máxima permitida era de 80. Para colmo es reincidente. Tiempo atrás rebasó el límite autorizado en 70 km/h. Ahora, aparte de recibir una suculenta multa, podría perder temporalmente la licencia de conducir. Dirán algunos que no es tan terrible, pero... se subiría Ud. a un auto con él al volante?

LOS FEOS

Möllemann, el díscolo

Saddam Hussein in Fernsehen
Saddam Hussein, durante un discurso.Imagen: AP

Dentro de los criterios de estética política, resulta muy feo sabotear al propio partido a las puertas de las elecciones. Es lo que hizo el dirigente liberal alemán Jürgen Möllemann, agriando la sonrisa del presidente del FDP y echando por tierra sus sueños de llegar al gobierno de Berlín. Peor aún: desató un escándalo de marca mayor entre sus correligionarios, al pretender hacer campaña atacando la política de Israel y ofendiendo a una destacada figura de los judíos de Alemania. Fea actitud, teniendo en cuenta la historia. Dicho sea de paso, poco tino mostraron también otros políticos alemanes, como la ex ministra de Justicia, Herta Däubler-Gmelin, quien perdió el puesto debido a que comparó los métodos propagandísticos de Bush con los del tiempo de los nazis.

Bush, el de las "ideas fijas"

No vamos a entrar a discutir aquí si el presidente estadounidense tiene o no razón en su cruzada contra Irak. Pero hay otros aspectos de su política que no se han visto nada bien en Europa. En primer lugar, su obstinada resistencia al tribunal penal internacional, que pretende juzgar a los autores de genocidio y crímenes contra la humanidad. Y, en segundo, su negativa a hacer causa común en el tema de la protección del clima del planeta, que nos concierne a todos, aunque Bush no dé muestras de creerlo. En este caso, los asesores de imagen de la Casa Blanca tienen aún mucho trabajo por delante...

Berlusconi, tan campante

El primer ministro italiano no se amilana fácilmente ante las críticas. Y las ha recibido en masa durante este año, por razones varias. Por ejemplo, debido a la ley para permitir a los acusados impugnar la imparcialidad de los jueces y forzar el traslado de un proceso a otro distrito. La malas lenguas aseguran que el más beneficiado sería el propio Silvio Berlusconi. Tampoco la prensa independiente que va quedando en el país está muy contenta con el gobernante quien, además, se ha granjeado una oleada de reproches con su proyecto de poner a la venta parte del patrimonio cultural de la nación, para sanear el déficit presupuestario. Una afrenta para la bella Italia.