Los bosques como fuente de recursos
En Guatemala, las cooperativas locales administran enormes áreas boscosas y dan un ejemplo de sostenibilidad otorgando un futuro a sus habitantes.
Las ganancias se quedan en el pueblo
La fuente de ingresos más importante de las cooperativas en la biosfera del reservado maya, en el norte de Guatemala, es la madera tropical. Como la aldea Carmelita, muchos otros lugares poseen un aserradero propio para elaborar la madera destinada a la exportación.
Certificado de sostenibilidad
La sostenibilidad es una condición fundamental en la distribución de licencias para explotar los bosques. En lugar de talar todo el bosque, las cooperativas cortan un máximo de tres árboles por hectárea por año. La madera debe estar certificada por el Forest Stewardship Council y está sometida a reglas estrictas de calidad y de protección al medioambiente.
Carpintería para el futuro
Muchas de las cooperativas tienen, entretanto, una carpintería propia que da trabajo y capacitación a la gente del lugar. Así, muchos jóvenes se quedan en su lugar de origen, en lugar de abandonarlo para ir a la ciudad. Hasta ahora, los muebles de madera tropical solo son producidos para el mercado local y para la industria turística en algunos pueblos, como en Carmelita.
El turismo como fuente de ingresos
En Carmelita, el turismo todavía está dando los primeros pasos. Pero la cooperativa espera que, con el tiempo, los turistas se conviertan en una fuente importante de ingresos. Desde Carmelita se puede viajar en burro a través de la selva y hasta la ciudad maya de Mirador. También Tikal, que fue uno de los centros de la cultura maya, es un imán turístico.
Los restos no se desechan
Mientras el talado de árboles y el trabajo en la carpintería es más bien cosa de hombres, las mujeres de San Andrés fabrican juguetes de madera con los restos que quedan de la elaboración de muebles. También producen tablas con números mayas y pirámides de madera.
Sostenibilidad para la industria de las flores
Las hojas del xate o palmera de salón de Guatemala se exportan, sobre todo, a EE. UU., donde se utilizan como hoja verde en los ramos de flores. La demanda ha crecido tanto que esta palmera está en peligro de extinción. Pero en las cooperativas del reservado maya también son usadas solo con criterios de sustentabilidad.
Control de calidad
Como en muchos otros lugares, en Carmelita son las mujeres quienes verifican las hojas de palmera. Gracias a ese control de calidad, la cooperativa recibe más dinero al exportarlas, y muchas mujeres tienen un puesto de trabajo.
Hojas para los techos
Los techos tradicionales de El Petén, en el norte de Guatemala, se construyen con hojas de la palma de guano. Las hojas se cosechan en el bosque, se transportan en burro hasta el pueblo, allí son secadas y luego elaboradas para armar los techos.
Construcciones mayas
Desde hace siglos, las casas en San Andrés se construyen con hojas de palma de guano. También la casa comunitaria fue edificada de ese modo, con un producto que proviene directamente del bosque. Ya los mayas usaban esas hojas para construir enormes techados.
Lo que ofrece el bosque
Hay numerosos productos que el bosque ofrece generosamente a quien sabe aprovecharlo. En algunos lugares aún se extrae la savia del árbol Manilkara zapota, con el cual en algunos lugares todavía se produce chicle. Tanto las plantas medicinales como las especias son productos que se cosechan y venden de manera sostenible en Guatemala.
Intercambio global
El concepto de manejo de bosques en la biosfera del reservado maya de El Petén es ejemplar. A menudo es visitada por interesados en aprender más sobre el trabajo en las cooperativas. En 2011 la Asociación Forestal Integral de San Andrés, Petén (AFISAP), fue galardonada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente por su manejo eficiente y sustentable.