Leipzig: visita a la Casa-Museo Mendelssohn

No solo fue uno de los compositores más importantes del siglo XIX, Felix Mendelssohn también fue un virtuoso instrumentista, director, organista y pintor. Nacido en Hamburgo, se crio en Berlín y fundó en Leipzig el primer conservatorio de Alemania. Allí se encuentra la Casa Mendelssohn, reabierta este mes de febrero tras un proceso de reformas.

En el primer piso, recientemente ampliado, los visitantes pueden disfrutar de una sala con una instalación única. Consta de 13 altavoces y cada uno de ellos encarna una sección instrumental. Los visitantes pueden asumir el papel de director de orquesta. Tras el podio digital, controlan el tempo y la dinámica de la “interpretación”.

Para esta instalación se efectuaron grabaciones de la obertura “El sueño de una noche de verano” y de la Sinfonía de la Reforma. Los visitantes se familiarizan allí con el rol del director, que Mendelssohn contribuyó a convertir en una institución. En 1835, el compositor fue nombrado maestro de capilla de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig.

El hogar donde residió Mendelssohn en Leipzig, construido entre 1844 y 1845, se abrió a las visitas en 1997. Tras un período de reformas que ha durado 10 meses, volvió a abrirse al público este mes de febrero. Allí vivió el compositor hasta su muerte en 1847, junto con su esposa Cecile y sus cinco hijos: Carl, Marie, Paul, Felix y Lili.

En 1993, la Fundación Felix Mendelssohn Bartholdy compró el hogar del compositor en Leipzig para evitar que se derrumbara. Nada menos que 40.000 visitantes de todo el mundo recibe anualmente su residencia convertida en museo. El Gobierno alemán lo ha incluido en su libro azul de patrimonio cultural del país.

Con ocasión de la reinauguración de la Casa Mendelssohn, la Fundación recibió de Cecil Lowentahl-Hensel, bisnieta del compositor, tres pinturas originales del músico. Entre ellas, se incluye esta acuarela “Vista sobre Cadenabbi”, que se creía perdida. Mendelssohn no solo componía, sino que también hablaba varios idiomas y pintaba.

En un panel expositor móvil de la Casa Museo, pueden admirarse 40 artículos pertenecientes al compositor: partituras, cartas, instrumentos musicales, monedas y otros objetos personales. Colocados sobre el panel, rotan lentamente ante los ojos de los visitantes. Cada uno de ellos, con su correspondiente descripción.

La escalera y el mobiliario de la Casa Mendelssohn son los originales de la época del compositor. En su despacho había una acuarela del pintor inglés Felix Moscheles. También merece la pena echar un vistazo al salón de música y a dos habitaciones con muebles de la época.

Mendelssohn fue una persona sociable que mantenía una buena relación con su familia, especialmente con su hermana Fanny, que murió el mismo año que él. Entre otras cosas, su Casa Museo documenta sus incontables contactos en el mundo de la escena musical, así como sus viajes a diversos países europeos.

“Cuando murió, la gente fue consciente de la gran pérdida”, dice Cornelia Thierbach, que dirige la Casa-Museo Mendelssohn. Pero, tan solo unos pocos años después de su muerte, Wagner lo acusó de “compositor mediocre”, quizá por sus orígenes judíos. En 1936, los nazis desmantelaron un monumento que Leipzig había erigido en honor a su figura.

La ampliación de la Casa-Museo de Mendelssohn ha costado 1.5 millones de euros. También los visitantes más jóvenes pueden disfrutar de sus instalaciones, con actividades lúdicas para introducirlos en la música del compositor. Este proyecto infantil está patrocinado por la Fundación “Leipzig hilft Kindern” (Leipzig ayuda a los niños).