Las odiosas correcciones de Eichel
23 de octubre de 2003
Un Solbes salomónico
Las correcciones al presupuesto 2004, plagadas de nubarrones, trajeron algo positivo a este aciago día: Aunque en virtud de los datos presentados por Hans Eichel quede claro que Alemania incumplirá en el 2004 por tercer año consecutivo con el Pacto de Estabilidad de la UE, la Comisión Europea envió señales de que será benevolente con Alemania. Un portavoz del comisario el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pedro Solbes, aseguró que Bruselas "dará igual trato a todos los Estados miembros".
Optimismo ciego
El ministro de Economía, Wolfgang Clement, presentó también los últimos cálculos de crecimiento económico, cuyas cifras coinciden con los pronósticos que varios institutos económicos publicaran anteriormente.La economía alemana crecerá un 0% este año, y entre 1,5% y 2% el año 2004.Lo paradójico es que aunque las cifras no cumplen con lo que el gobierno federal había prometido –un crecimiento del 0,75% para el 2003 y de 2,0% para el 2004-, el ministro Clement declaró ver el futuro con optimismo.
Alemania endeudada
Datos concretos acerca del déficit del año en curso se presentarán apenas en noviembre. Lo que ya está claro es que debido al reducido crecimiento económico y al incremento del desempleo, el presupuesto germano contará con un agujero de 6 mil millones de euros. Tales baches deben ser tapados con privatizaciones. También con nuevos créditos. Para el 2003, el ministro Eichel había partido de un volumen de crédito de 18.900 millones de euros, la mitad del que alcanzará el endeudamiento real este año, el mayor desde el fin del guerra.
La oposición acusó al gobierno de haber perdido toda capacidad de acción, así como de falta de seriedad. El primer ministro bávaro, el socialcristiano Edmund Stoiber, declaró que exhortará a los otros gobiernos en manos de la oposición conservadora a rechazar las correcciones al presupuesto en la Cámara Alta, Bundesrat. De hacerlo, la unión de CSU/CDU cumpliría con ello con su cometido –el oponerse a las acciones del gobierno roji-verde-, pero no resolvería la encrucijada financiera del país. Al ministro de Finanzas le quedaría, entonces, una carta en la manga: una reducción global, lo que significaría que en todos los rubros de todos los presupuestos habría recortes, por igual. Una tarea que no le granjearía simpatías. Pero el ministro Eichel acepta resignado, quizá hasta complacido, que el de finanzas sea el ministro "más odioso" del gabinete de gobierno.