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La voz del pueblo

21 de abril de 2004

Tras el anuncio de que en Gran Bretaña se realizará un referéndum sobre la futura Constitución europea, crece la presión por emular el ejemplo en Francia.También en Alemania se discute el tema, aunque con sordina.

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También los alemanes quisieran pronunciarse en un referéndum.Imagen: AP

Apenas superado el primer impacto causado por la decisión del primer ministro británico, Tony Blair, de someter a referéndum la aprobación de la futura Constitución Europea, se ha desatado en diversos países una discusión al respecto. En Alemania ya está claro que no habrá un plebiscito, pese a que la población desearía ser consultada directamente en asuntos como éste: según las encuestas, el 75% de los alemanes es partidario de un referéndum. El gobierno puede escudarse, sin embargo, en que la Constitución federal no lo contempla. Pero eso no implica que el tema no sea objeto de discusión.

Malos recuerdos

En los pasados años se desarrollaron diversos debates sobre los mecanismos plebiscitarios y la reforma constitucional que sería necesaria para adoptarlos en Alemania. Por ejemplo, a mediados del 2002 fracasó una iniciativa de socialdemócratas y verdes en este sentido, al no conseguir la mayoría de dos tercios en el parlamento. Los liberales, por su parte, intentaron promover un plebiscito sobre la Constitución europea en noviembre del año pasado, pero tampoco tuvieron éxito, debido al rechazo de demócrata cristianos, socialistas y verdes.

Aunque algunos sectores del partido ecologista, de la Unión Social-Cristiana de Baviera, e incluso de la socialdemocracia desearían incorporar más elementos de consulta popular al sistema, a todas luces, no se cuenta actualmente con la mayoría necesaria para llevar tales ideas a la práctica. De partida, porque Alemania aún recuerda las malas experiencias vividas durante la República de Weimar y los primeros tiempos del nazismo. El principal temor radica en que pueda abrirse terreno al populismo.

Cada uno con sus reglas

En lo que respecta a la aprobación de la futura Constitución de la UE, el jefe de Los Verdes, Reinhard Bütikofer, aboga por un referéndum a nivel europeo, y no en cada país, argumentando que no se quiere "brindar una plataforma para una movilización nacionalista". Más salomónico fue el comentario del portavoz de gobierno alemán, Thomas Steg, ante la iniciativa británica: "Que cada estado ratifique (la Constitución) con sus propias reglas".

Esas reglas difieren, en efecto, de país en país. Mientras Dinamarca e Irlanda ya han resuelto que habrá referéndum, e incluso Luxemburgo celebrará uno, por primera vez desde 1936, otros aún no se han definido. Es posible que Holanda lleve a cabo una consulta, aunque el resultado no será vinculante. Igualmente Polonia podría seguir el ejemplo, pero la decisión se tomará una vez que los gobernantes de la EU hayan aprobado el proyecto constitucional. Francia, por su parte, mantiene la incógnita, aunque más del 75% de la población desea pronunciarse directamente en las urnas. Si opta por el referéndum, de seguro volverá a avivarse la discusión también en Alemania.