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La segunda es la vencida

21 de octubre de 2002

Europa recibió con alivio el Sí de Irlanda en el referendo sobre el tratado de Niza, que permitirá continuar con los planes de ampliación de la UE. Pero los editoriales subrayan las advertencias derivadas del episodio.

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Reñida fue la campaña publicitaria para el referendo en Dublín.Imagen: AP

Tras el voto negativo de la población irlandesa en el primer referendo sobre el tratado de Niza, este fin de semana se logró su aprobación, en el segundo intento. En Londres, el matutino The Independent opina: "El hecho de que una organización que debería unir a los pueblos de Europa tenga que repetir una consulta antes de obtener la respuesta "correcta", es clara seña de que algo anda mal... Para no inducir a error, hay que recalcar que la incorporación de los estados otrora comunistas a la Unión Europea corresponde a los intereses más profundos de todos los pueblos del continente antaño dividido. Pero el electorado irlandés lanzó una advertencia con respecto a los preparativos de la ampliación y, en general, sobre la calidad de la directiva política de la actual UE. Sus quejas no deben ser olvidadas sólo porque finalmente el voto fue favorable".

Laberinto jurídico

El periódico Berliner Zeitung, de la capital alemana, subraya que pocos países deben su bienestar a Europa tanto como Irlanda, pese a lo cual no había seguridad de que no se rechazara allí por segunda vez los acuerdos que permitirán el ingreso de los países del Este a la Unión Europea. En su comentario, propone una explicación a lo ocurrido: "En Niza se establecieron, en 1999, las directrices para la ampliación hacia el Este, la toma de decisiones por mayoría y la política de seguridad. Sin embargo, ese tratado es un laberinto jurídico... Los eurócratas están advertidos: si hubiera habido un plebiscito en otro país, tampoco allí se habría aprobado al primer intento y sin sobresaltos. Irlanda demostró que la arrogancia del poder tiene su precio. Eso no se debería olvidar dentro de dos años en el nuevo tratado sobre la Constitución de la UE. Gracias a los irlandeses".

Buscar nuevas fórmulas

En Madrid, el rotativo El País destaca igualmente el alivio general que provocó el desenlace de la consulta irlandesa, pero subraya que "hacer referendos sucesivos cuando el primero sale mal no sirve a la democracia, ni mejora la imagen de una construcción europea que a menudo resulta incomprensible para la mayor parte de la ciudadanía... Lo ocurrido pone de relieve la necesidad de encontrar otras fórmulas que permitan reformar los textos básicos de la UE sin que, como ha sido el caso de Irlanda, la suerte de 470 millones de europeos en una Unión ampliada dependa tanto de la opinión de un país de cuatro millones de habitantes... Es de esperar que el próximo Tratado Constitucional sea comprensible para la generalidad de los ciudadanos y resuelva esta cuestión".

Los costos financieros

También el periódico italiano La Stampa, de Turín, hace notar que quedan múltiples obstáculos por superar, tras el Sí de Irlanda al tratado de Niza. "Esto, evidentemente, no implica que ahora haya quedado plenamente despejado el camino para la ampliación de la Unión Europea... Esta misma semana tendrá lugar una cumbre en Bruselas que deberá abordar uno de los aspectos más difíciles de la ampliación: quién ha de asumir los costos financieros del ingreso de los países más pobres de la antigua órbita comunista, y cómo habrán de cubrirse dichos costos".