La paz armada
15 de noviembre de 2002
"El terrorismo internacional sigue siendo el peligro número uno y todavía no ha sido derrotado", recordó en Berlín el Ministro alemán de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, durante el debate previo a la prolongación del mandato parlamentario – por un año más – para la participación del Bundeswehr, el Ejército alemán, en las operaciones antiterroristas fuera del país.
Con 4.000 soldados, Alemania es, después de los Estados Unidos, la segunda fuerza militar garante de la "Paz duradera", la campaña internacional lanzada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001. Dos mil soldados de la marina germana vigilan el tráfico marítimo que se mueve a lo largo del Cabo de África y otros tantos se encuentran estacionados en Kuwait.
Un aprecio especial por Afganistán
Afganistán es empero, el "campo de acción" más peligroso y, no sólo por ello, el más importante. Alemania mantiene allí a una unidad de combate especializada compuesta de 100 soldados. Las tropas alemanas estacionadas en Afganistán cumplen operaciones de protección personal de los integrantes del gobierno afgano y de combate contra reductos talibanes y comandos terroristas de Al Qaida. Pero los soldados alemanes ejecutan también tareas de servicio sanitario y transporte táctico. Una unidad especial se dedica además, al contraataque de la potencial amenaza con armas atómicas, bacteriológicas y químicas.
Pero la cooperación alemana no se limita a lo militar. La Ministra alemana de Ayuda al Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, destacó que, este año, Alemania ha invertido 126 milliones de euros en proyectos de reconstrucción en Afganistán. Entre ellos se cuentan hospitales y escuelas.
Primero está la lucha contra el terrorismo
El vicecanciller Fischer expresó su incomprensión por los 11 diputados que votaron en contra de la prolongación de la participación alemana y los 5 que se abstuvieron de hacerlo. El parlamentario de la oposición cristianodemócrata, Ruprecht Polenz, criticó personalmente al canciller Gerhard Schröder por la supuesta ambivalencia de su política exterior y la lucha contra el terrorismo. "Mientras Schröder le muestra los colmillos de Doverman a Bush, se comporta como un Chihuahua ante Putin". Polenz se refería a la reserva del gobierno alemán frente a los planes estadounidenses de guerra contra Irak y al silencio de Schröder respecto a la violenta intervención rusa en Chechenia.
En conclusión, Fischer recalcó que Alemania sigue comprometida, al lado de la coalición internacional, en la lucha contra el terrorismo aunque, su opinión sobre el caso de Irak sigue difiriendo de la de "otros": "Nuestra máxima prioridad está centrada en el combate del terrorismo internacional. En segundo lugar están los conflictos regionales", puntualizó el ministro, para luego señalar que "si hay un conflicto regional que me preocupa, es el indo-paquistaní, puesto que podría escalar al grado del uso mutuo de armas nucleares".